Daniel Pi
@BastionBoxeo

Había demasiada diferencia en rendimiento, juventud y tamaño para que pudiese ser un encuentro contendido, por lo que no resultó nada sorprendente que el monarca WBO del peso gallo Zolani Tete (27-3, 21 KO) dominase completamente al retador obligatorio Omar Narváez (48-3-2, 25 KO), experimentadísimo excampeón que no pudo hacer nada para incomodar al considerado como número 1 de la división en el semifondo del Frampton-Donaire, disputado este sábado en el SSE Arena de Belfast (Reino Unido). Las puntuaciones fueron de triple 120-108, siendo estas completamente acertadas, ya que no se le puede otorgar ningún round al aspirante.

Ante un Narváez muy móvil y que mostró nula voluntad ofensiva, el zurdo Tete jabeó calmadamente arriba y abajo, buscando de vez en cuando con su izquierda golpes más potentes, para anotarse el primer round con extrema claridad, tendencia que se mantuvo sin a penas variaciones en el segundo asalto. Tímidamente, Narváez intentó realizar alguna aproximación, pero Tete ajustaba inmediatamente la distancia para mantenerse fuera del alcance y contraatacar con sus directos. Ante la ausencia de peligro, el sudafricano decidió mostrarse algo más agresivo en el tercer round, llegando con potencia con su izquierda recta y con algún gancho al torso, pero no trató de hostigar con excesiva intensidad.

La pelea, carente de emoción, se encaminaba irremediablemente hacia la victoria de Tete, que con su rápido jab y eventuales ganchos al torso e izquierdas a la cabeza controlaba absolutamente las acciones, mientras el argentino, cortado en el puente de la nariz, a duras penas podía realizar alguna inefectiva intentona por arrebatarle la iniciativa al monarca. No habiendo llegado la pugna a su ecuador, la pregunta era cómo iba a vencer “Last Born”, antes del límite o a los puntos, pero no pareciendo por la labor de mermar decisivamente a su oponente, Tete dejó que el campeonato se deslizase tranquilamente hacia su abrumadora victoria en las tarjetas.

Difícilmente se puede ser excesivamente duro en los reproches contra Tete, más allá de su negativa a responder con los puños a los salteados silbidos del público, por no querer recibir castigo y no querer pasar por riesgo alguno. Por contra, cuesta mucho más entender el planteamiento de Nárvaez, que viéndose desdibujado por su adversario, en el que puede ser el último gran combate de su carrera, no buscó un mínimo ajuste táctico y en buena parte se contentó con alcanzar el tañido final.

Como le sucede a tantos monarcas temidos hoy en día, Zolanti Tete se ve condenado por sus virtudes a ser evitado por los mejores púgiles de su categoría. Así, acumulándose las negativas y las llamadas sin respuesta, para Tete la mejor opción para alcanzar un estrellato en mayúsculas pasa por que en unos días la organización de las World Boxing Super Series confirme que una de las categorías elegidas para la segunda temporada del torneo sea, como se espera, la división del peso gallo. De lo contrario, el sudafricano deberá conformarse con hacer frente a los pocos top 15 que estén dispuestos a asumir el alto riesgo y la baja recompensa de subirse a un ring contra él y con aguardar con esperanza a que algún boxeador destacado decida a la larga dar un paso al frente para poner a prueba su increíble velocidad y destreza.