Daniel Pi
@BastionBoxeo

Si el KOT no hubiese llegado en el último minuto del asalto final, Terence Crawford (34-0, 25 KO) habría conseguido de todas maneras una abrumadora victoria por decisión unánime sobre el invicto José Benavídez (27-1, 18 KO), pero con el desenlace le otorgó a los 13.000 espectadores que acudieron al CHI Health Center de Omaha (Estados Unidos) cierta emoción, que compensó un poco una pelea bastante monótona y en la que dominó sin demasiadas dificultades.

Cuando el enfrentamiento tiene un ritmo muy bajo, no cabe duda de que Crawford va a encontrar la forma de explotarlo, ya que con su extremada calma, su excelente técnica y su espléndida precisión se puede limitar a escoger con paciencia sus directos para anotarse los asaltos a la vez que gira y evita la mayoría, o casi la totalidad, de las manos de su adversario. Así lo hizo, y aunque eventualmente el largo jab del aspirante llegaba contra el monarca, al igual que alguna derecha, por lo general “Bud”, que volvió a pelear como zurdo, llegaba con mayor firmeza con su directo de mano adelantada y con su izquierda recta, además de con algún que otro croché diestro y con uno-dos con variación de altura.

Tanto en el cuarto como en el quinto round, Benavídez tuvo mejores momentos defensivos y usó con más eficacia su derecha a la contra tanto en curvo como en recto, forzando un inefectivo avance del titular. Aun así, con su croché diestro enlazado con el recto de izquierda y con breves combinaciones de ganchos arriba y abajo, Crawford capturaba los rounds y hacía que el invicto retador se frustrase y realizase ofensivas poco ordenadas, de modo que poco después de la mitad del enfrentamiento, el campeón se había asegurado la victoria en las tarjetas.

Como siempre, Crawford no cometió el error de descuidarse a causa de su ventaja, al contrario, impactó buenas combinaciones de curvos en el octavo, hostigó en el décimo a un Benavídez apoyado en las cuerdas durante largos periodos (si bien éste ofreció peligrosa respuesta con su mano derecha) y convirtió en situaciones de éxito al contragolpe los poco agresivos intentos de reacción final de Benavídez, que en el duodécimo episodio fue derribado por un duro uppercut diestro y vio como en la reanudación, tras recibir un ataque sin respuesta, el árbitro decidió parar el encuentro.

El considerado top 3 de todos los pesos ha reiterado una y otra vez su deseo de enfrentarse a los mejores boxeadores de la división, pero realmente, si no hay un entendimiento puntual entre, por un lado, Top Rank y ESPN, y por el otro, PBC y Showtime, Crawford a penas podrá encontrar boxeadores de la élite a los que medirse, no pudiendo contar ni siquiera ya con la que Bob Arum pretendía que fuese su carta en la manga, un Manny Pacquiao que acaba de firmar con la empresa rival, la dirigida por Al Haymon. Así, a Crawford por el momento sólo le queda aguardar, buscar los mejores rivales posibles fuera de Estados Unidos (los peso wélter de mayor nivel de dicho país están alineados casi exclusivamente con Showtime) y contentarse con enfrentamientos ante sus compañeros de escuadra que ni atraerán las miradas de los aficionados ni le supondrán excesivos retos.