Darío Pérez
@Ringsider2020

Uno de los combates del año nos esperó la pasada madrugada en el Mandalay Bay Resort & Casino de Las Vegas, Estados Unidos. En ella, Terence Crawford volvió a demostrar, en su reto más complicado, que no debemos olvidarnos de él pese a su poca actividad, y que debería estar siempre presente en las discusiones sobre quién es el mejor boxeador de todos los pesos.

Shawn Porter tuvo un buen pistoletazo de salida, mostrándose con la agresividad esperada y buscando penetrar en la guardia de un Crawford que empezó la pelea como diestro. No era muy efectivo el aspirante, pese a todos sus esfuerzos de conectar al invicto campeón, que seleccionaba mucho más sus ataques y hacía de la paciencia y el estudio del rival dos de sus mejores armas. Muy poco a poco, el de Omaha fue subiendo la intensidad y empezó a equilibrar los impactos, equilibrando las cartulinas, en nuestra opinión, consumido el primer tercio de lo estipulado como tiempo de combate; para entonces, Shawn Porter ya presentaba un corte bastante feo en el párpado tras choque accidental, aunque bien trabajado por la esquina para que no supusiera un problema grave.

No estaba siendo un pleito estéticamente llamativo, con muchos empujones, aparte del continuo abuso del agarre y el clinch.

Para la teórica mitad de los treinta y seis minutos, las acciones del imbatido Crawford ya se imponían cada vez con mayor contundencia a un Porter que ya veía lo imposible que era impactar con cierta frecuencia en el campeón mundial, pese a sus esfuerzos no exentos de una notable calidad. Pero Bud es un maestro de la defensa, de los mejores del mundo, y había estabilizado ya su guardia habitual como zurdo y, por si eso fuera poco, cada vez se soltaba más en combinaciones ofensivas. Sin embargo, presentaba una hemorragia, no muy abundante, en una zona para preocuparse, el oído.

A partir del octavo round, Porter sí que evidenciaba síntomas de cansancio bastante evidentes, como si le hubieran lastrado los guantes y no pudiera moverse con la misma gracia que anteriormente.

Psicológicamente, ver que tus ataques resultan en vano tiene también que frustrar a cualquiera, incluso a uno de los mejores, como el de Ohio. La diferencia se fue agrandando con cada asalto, con cada minuto, con cada lance. En el décimo, Crawford dio un golpe en la mesa desde el inicio, y es que envió a la lona a Porter con un golpe sin apenas recorrido a los pocos segundos del inicio; el retador se puso en pie sin aparente daño grave, pero cometió el error de lanzarse a por una venganza en caliente, lo que no es buena idea con un contragolpeador letal. Una nueva combinación de Crawford respondió a la ofensiva, nuevamente enviando a Porter a la lona. Cuando este se estaba levantando con signos de frustración y cansancio a partes iguales, su padre agitó la toalla y subió a la esquina con la petición de acabar la pelea, algo que satisfizo Celestino Ruiz.

Las cartulinas iban 87-84, 86-85 y 86-85 hasta los nueve asaltos transcurridos, todas a favor del ganador final. Ahora, Crawford es agente libre tras esta última pelea con Top Rank, y será dueño de su destino. Podría firmar con PBC para unificar totalmente el peso wélter, ya que los de Al Haymon controlan a Errol Spence y Yordenís Ugás, los otros campeones, además de nombres como Danny García, Abel Ramos o Jaron Ennis. Quizá seguir con Bob Arum no fuera mala idea si se le garantiza un megacombate contra Josh Taylor, una vez que este pelease contra Jack Catterall y subiera al wélter tras abandonar sus títulos unificados del superligero. O, lo que podría darle mejores réditos, ir pelea a pelea sin cerrarse puertas y trabajar con quien mejor rendimiento deportivo y económico pudiera ofrecerle, ya que otros nombres como Vergil Ortiz están en mente de todos. Sea como fuere, a sus 34 años y tras la mejor victoria de su carrera deportiva, necesita rentabilizar sus mejores años, los que le queden, y subirse en el ring con quien sea para fortalecer su legado en la historia del boxeo. De momento, ser el primero en noquear a un gran púgil como Shawn Porter no es moco de pavo.

En los combates preliminares, ajustadísima victoria de Esquiva Falcao (29-0, 20) ante Patrice Volny (16-1, 10 KO). La pelea tuvo que pararse por un tremendo cabezazo accidental del canadiense al brasileño, con lo que se fue a las cartulinas; estas dieron una victoria por decisión dividida al nuevo aspirante mundial IBF del peso medio, por 58-56, 56-58 y 58-57. También en esta categoría, contundente triunfo de Zhanibek Alimkhanuly (11-0, 7 KO) ante Hassan N’Dam (38-6, 21 KO) en el octavo asalto. Muy superior el kazajo, que derribó a N’Dam en el tercer parcial con un tremendo uppercut y otro golpe curvo, aunque este último aguantó varios rounds más con gran valentía y capacidad de encaje. Por último, Isaac Dogboe (23-2, 15 KO) se anotó la victoria y un título de zona en el peso pluma ante Christopher Díaz (26-4, 16 KO) por su mejor boxeo y mayor rapidez en las acciones; fue en decisión mayoritaria, puntuándose lo vivido 95-95, 97-93 y 96-94.