Meses después de que se extinguiera su contrato con la promotora Top Rank, el boxeador estadounidense Terence Crawford ha denunciado a la compañía, personalizando su periplo legal en el presidente de la misma, Bob Arum.

Crawford, uno de los mejores boxeadores de todos los pesos en los últimos años, ha sido (quizá junto a Gary Russell Jr.) el que menos activo ha estado de los grandes nombres del pugilismo actual, peleando solo una vez en 2020 y otra en 2021. Cuando aún tenían vínculos contractuales, Bob Arum arremetió contra el de Omaha con acusaciones de no ayudar en la promoción de las peleas, argumentando que perdía una fortuna cada vez que el asombroso zurdo subía al cuadrilátero.
Entre las acusaciones de Crawford a Arum, que ya están en manos de la justicia del estado de Nevada, se encuentran hechos generales relativos a la falta de actividad y otros más concretos, como la no materialización de un supuestamente prometido pleito contra Errol Spence.

Además, el litigio habla de racismo en la compañía y su veterano jefe, con declaraciones de Arum llenas de prejuicios contra los púgiles de raza negra, algo que ninguno de sus contratados se atrevía a denunciar por temer que ello les supusiera pasarse los mejores años de su carrera sin poder tener actividad boxística. El contrato tenía otras particularidades como la garantía de dos combates por año para el de Omaha, hecho objetivamente incumplido en varias ocasiones.

Terence Crawford busca diez millones de dólares (casi nueve millones de euros), de entrada, como compensación por daños y perjuicios, aparte de otras cantidades menores en otros conceptos.