En la mañana de sábado española, el EDION Arena de Osaka acogió un título mundial entre dos japoneses, y es que el cinturón WBC minimosca era disputado entre el campeón, Kenshiro Teraji (18-0, 10 KO) y el aspirante, Tetsuya Hisada (34-11-2, 20 KO).

Fue un combate que puso de diferencia el nivel entre ambos, con un voluntarioso retador y un titular mucho más habilidoso, con un boxeo dos escalones por encima. Eso se constató ya en el segundo asalto, donde Teraji mandó a Hisada a la lona con un preciso, y precioso, golpe curvo por fuera de la guardia. Pese a seguir intentando presionar, Hisada no podía penetrar en la defensa del campeón, que dominó la mayor parte del combate con su jab y su movilidad, sin tomar excesivos riesgos, pero mostrándose digno del puesto de honor que ocupa.

Los asaltos centrales fueron fantásticos en el sentido de la actividad y los intercambios, arriesgando un poco más Teraji en el sentido de quedarse en el centro del cuadrilátero, para delirio de los aficionados presentes. El voluntarioso Hisada intentaba una y otra vez presionar, con un gran volumen de golpeo, pero se llevaba las peores consecuencias de los cruces de cuero.

El final de la pelea fue incluso mejor, con un enorme corazón por parte del veterano aspirante, que podría abandonar la práctica del boxeo (lo haría dejando una gran imagen, pese a caer derrotado). Sin embargo, el mejor boxeo de Teraji, que demostró estar para cualquier unificación que le pueda surgir, acabó de cerrar la pelea para su casillero, que sigue mostrando a un boxeador imbatido y en el mejor momento de su carrera. Las puntuaciones, rotundas, fueron de 119-108, 118-109 y 118-109, con la retención del título por parte del púgil también conocido como Ken Shiro.