Miguel Muñoz
@miguelmunoz_c

Una de las grandes sorpresas en el boxeo mundial en el año 2020 fue, sin duda, la victoria del estadounidense con ascendencia hondureña, Teófimo López, sobre el ucraniano y hasta ese momento número uno de todos los pesos, Vasyl Lomachenko. En esa pelea, celebrada el 17 de octubre del pasado año, «Loma» puso en juego sus títulos mundiales del peso ligero WBA-IBF-WBO, que irían a parar a López después de llevarse el triunfo por decisión unánime.

Ese último entorchado, el de la Federación Internacional de Boxeo (IBF) es el que ha puesto en el camino de Teófimo una pelea obligatoria contra el retador oficial del organismo, George Kambosos Jr. (19-0, 10 KO), después de que este ganara por puntos la eliminatoria oficial que le enfrentó al inglés Lee Selby. De negarse a este enfrentamiento, López sería despojado del título, aunque por lo que parece está dispuesto a aceptar el reto.

El más que posible combate, previsiblemente se disputaría en la tierra natal de Kambosos, Australia, aunque las negociaciones siguen, tal y como se han encargado de asegurar desde el equipo del estadounidense.

Hasta aquí, parecería una situación normal, con una condición de favorito muy clara de un Teófimo que en condiciones normales no debería de tener demasiados problemas para imponerse a su retador, de hecho parece que él mismo lo tiene claro, dadas sus declaraciones públicas de las últimas semanas. En ellas, tras conocer la decisión de la IBF, ya hablaba de posibles enfrentamientos futuros contra contrincantes de mayor enjundia como Ryan García o Gervonta Davis, lo que hace prever que tanto él como su equipo tienen a Kambosos como un mero trámite.

Si bien, ante esta situación cabría que desde su entorno echaran la vista atrás y repasaran acontecimientos pasados con ingredientes parecidos. Esto haría que sus miradas se fijaran en el campeón filipino Manny Pacquiao.

Después de ganar a Jessie Vargas, en 2017 el «Pacman» viajaba a Australia para enfrentarse a un casi desconocido boxeador local, Jeff Horn. La situación era parecida a la de Teófimo. Pacquiao llegaba con su título WBO del peso wélter a una pelea que se antojaba como un mero trámite que Top Rank había negociado que se celebrase en ese país como una estrategia para abrir el melón del negocio allí.

El combate fue muy extraño, con decisiones discutidas del árbitro y excesivos agarres. El filipino perdió contra todo pronóstico, aunque con mucha polémica, ya que fue superior en bastantes compases del duelo y conectó el doble de golpes que su rival, pero la derrota quedará siempre en su historial.

Esto debería de ser un aviso para navegantes en el «Team López’» que debe de recordar que ninguna pelea debe de ser subestimada, aunque Teófimo sea realmente superior a Kambosos y venga de hacer el combate de su vida. Australia le hizo un borrón a todo un Pacquiao, y eso que su bagaje e historial eran más amplios que el de López.