Darío Pérez
@Ringsider2020

Hay gente que no pierde el tiempo. Teófimo López, que venció contra pronóstico el pasado sábado a Vasyl Lomachenko, ya ha hablado con Devin Haney para una posible pelea a principios de 2021. Todo ello se debe a los líos del WBC, ya que, pese a que el cartel de la pelea del pasado sábado o el speaker de la velada hablaban de que el vencedor sería quien poseería todos los cinturones (undisputed champion), realmente el campeón mundial del WBC es Devin Haney.

La anomalía es clara, ya que Lomachenko no había perdido el cinto en el ring; es más, fue promocionado a «Campeón Franquicia», un invento del Consejo que considera una especie de campeones vitalicios a algunos boxeadores en ciertas divisiones. ¿No sería más fácil un solo campeón por peso, que bastante tenemos con cuatro organismos?

Sea como fuere, y sin intentar liarnos en la semántica de las organizaciones y sus títulos, está claro que un López contra Haney sería un combate tremendo para el aficionado. También sería el único estímulo que haría al de Brooklyn quedarse en el peso ligero. Pero hay otro escollo: Yuriorkis Gamboa. El veterano Ciclón de Guantánamo peleará contra Haney el próximo 7 de noviembre en Estados Unidos y, aunque el poseedor del entorchado WBC es ampliamente considerado favorito, con la Escuela Cubana nunca podemos descartar la sorpresa.