Como todos nos imaginábamos, Teófimo López se ha echado atrás en su idea de retirarse, si es que alguna vez la tuvo.

El estadounidense se proclamó campeón mundial WBO superligero el mes pasado tras vencer a Josh Taylor, y sorprendió (a los pocos que le creyeron) anunciando que dejaba la práctica activa del boxeo. Es más, López se quiso reafirmar días después anunciando que pensaba dejar vacante su recién estrenado cinturón.

Sin embargo, ayer la WBO se quiso asegurar de este hecho antes de anunciar los coaspirantes para el vacante fajín, quizá con la simple idea de forzar a Teófimo a revelar sus verdaderas intenciones, que no eran otras que darse valor y pedir mayores bolsas para seguir en el cuadrilátero. Para presionar, incluso el organismo de Francisco Valcárcel había ordenado el pleito entre Arnold Barboza y José Ramírez por el título, teóricamente sin dueño tras la renuncia.

El de origen hondureño, por tanto, ha tenido que admitir que no quiere dejar el cetro vacante, en su enésimo episodio de inestabilidad en su día a día y, especialmente, en la toma de decisiones.