El promotor Frank Warren y el nuevo campeón Sunny Edwards

Darío Pérez
@Ringsider2020

El York Hall de Londres fue escenario de la velada capitaneada por el mundial IBF del peso mosca, puesto en juego por el campeón sudafricano Moruti Mthalane ante el retador local Sunny Edwards, protegido de Queensberry como promotora de la gala.

El hasta hoy mejor IBF mosca del mundo Moruti Mthalane (39-3, 26 KO) sucumbió ante el nuevo rey, el Rey Sol, Sunny Edwards (16-0, 4 KO). Entró mejor el británico en la pelea, evitando las entradas de Mthalane y tocando al africano y saliendo, sin mucha potencia pero con mayor acierto. Los primeros intercambios de calidad llegaban en el tercer round, cuando ambos atletas, confiando en su fortaleza y aguante, se quedaron por primera vez en la corta distancia a intercambiar crochés.

Mthalane iba a remolque en todos los asaltos, aunque de menos a más, pero su actuación no era acorde al gran campeón que conocemos, por supuesto dando todo el mérito a Edwards de tal afirmación, ya que el de Frank Warren desarbolaba a Mthalane constantemente con su velocidad de manos y concentración defensiva. La cuestión era si el desgaste físico de un deportista que no dejaba de mover las piernas no implicaría problemas a largo plazo en una pelea que, por momentos, era una clase de protección boxística por parte de Sunny Edwards.

Las manos del campeón golpeaban más a las cuerdas que a la anatomía de un rival que emulaba a Fred Astaire con coreografías inverosímiles sobre el cuadrilátero. Mthalane siguió persiguiendo a Edwards y buscando acortar el cuadrilátero ante el evasivo púgil de Queensberry, con bastante más acierto en los asaltos finales, los llamados «de campeonato», nunca mejor dicho en esta ocasión. Sin embargo, Edwards aguantó con buen tono físico y, visto que el campeón no dejó de buscar el nocaut en el duodécimo round, todos parecían tener claro que Edwards sería nuevo campeón del mundo. Los oficiales ofrecieron su veredicto, 118-111, 120-108 (increíble) y 115-113 (corto) a favor del nuevo campeón, Sunny Edwards.

El combate de semifondo presentó al irlandés Michael Conlan (15-0, 8 KO) y el rumano afincado en Fuenlabrada (Madrid) Ionut Baluta (14-3, 3 KO), a doce asaltos dentro del peso supergallo y con el título WBO Internacional y la condición de aspirante oficial a la corona de Stephen Fulton en juego.

Conlan bajaba del peso pluma, y había dado en la báscula el menor peso de su carrera en el boxeo rentado. Comenzó el combate con estudio mutuo, sin renunciar ninguno a intentar conectar golpes de poder a su rival, pero sin tampoco descubrir las guardias. Además de ser el local en un combate en suelo británico (ya se sabe, para puntuar los rounds igualados y esas cosas), Conlan parecía no acusar la bajada de peso, mostrándose rápido y ágil para dominar el ritmo de entrar y salir en distancia.

Baluta, sin embargo, buscaba ser más agresor y ponía sobre aviso al irlandés con peligrosos golpes de variadas trayectorias, estando por primera vez realmente entonado en el tercer asalto. Hacia el ecuador de la batalla, la tónica era parecida: Baluta lanzando y Conlan eludiendo, intentando mantener al rumano en la distancia con el jab y utilizando su ballesteo del tronco y cuello para ser menos impactado de lo que su rival buscaba. La experiencia amateur del local se hacía notar en su búsqueda de los agarres y utilización del antebrazo, lo que, unido a su excelencia técnica en el juego de pies y cambios de guardia, hizo que empezase a imponerse más claramente en cuanto Baluta redujo el volumen de ataque, debido a cierto cansancio.

Il Capo lanzaba menos golpes en los últimos minutos de las hostilidades, aunque no sin crudeza, y eso dejaba a Conlan estar más suelto, pensar mejor las ofensivas y quitarse los agobios iniciales. Así se consumieron los doce capítulos, y fuimos a las cartulinas de unos jueces que dictaron sentencia: 114-114, 115-114 y 117-112 (la que pensamos más aproximada a la realidad) para Michael Conlan, en decisión mayoritaria.

Abrió la parte principal la pelea a diez rounds de púgiles británicos invictos en el peso superwélter, eliminatoria para el título británico, entre Troy Williamson (16-0-1, 12 KO) y Kieran Smith (16-1, 7 KO). Smith, ligeramente favorito, empezó mejor los primeros asaltos, encontrando la distancia adecuada e impactando mejores golpes. Sin embargo, en el sexto parcial, Williamson cazó a Smith con varias manos que desarbolaron al que mejor estaba peleando, y el árbitro paró, incluso algo tarde, las acciones.