Daniel Pi
@BastionBoxeo
Fotos: Ryan Hafey/Premier Boxing Champions

Costaba muchísimo entender antes del combate qué podía haber visto Mikey García (39-1, 30 KO) para considerar que tenía posibilidades de éxito ascendiendo desde el peso ligero al peso wélter para enfrentarse al boxeador más temido de la división, el monarca mundial IBF Errol “The Truth” Spence Jr. (25-0, 21 KO). Tras el enfrentamiento, quedó más claro que quizás no había ninguna manera de que García pudiese culminar esa gesta con éxito y que puede que simplemente tratase de abarcar más de lo que era razonable.

Y es que, en la madrugada del sábado, en el combate estelar de un evento organizado en el AT&T Stadium de Arlington (Estados Unidos) y televisado para España en directo por Eurosport 2, Spence dominó absolutamente la contienda ante García, haciéndose con una victoria por decisión unánime amplísima (doble 120-108 y un 120-107) y propinando al osado retador un severísimo castigo en ciertos momentos.

El conteo computerizado señala que Spence conectó 270 puños más que su rival (345 a 75), lanzando el monarca una cantidad asombrosa de 1082 puños, cifra que supera en más de 600 a la del aspirante, que tiró 406.

La contienda inicialmente se abrió marcada por la cautela, sin que ninguno de los dos lanzase grandes golpes de poder. Sin embargo, el control de Spence ya se empezó a fraguar con un excelente uso del jab acompañado por eventuales pruebas con su mano izquierda y, sobre todo, por acciones elusivas sumamente eficaces con pasos atrás.

Eventualmente, García probó suerte con su croché zurdo y su uno-dos, pero el directo de mano adelantada de Spence le superó y neutralizo de forma sostenida a la vez que sus rápidas transiciones de posición ofensiva a defensiva frustraban cualquier intento de contragolpe. Así, poco a poco, Spence fue soltándose más y fue mostrándose más agresivo y confiado, llegando primero de forma cada vez más clara y habitual con su mano zurda tanto en directo y croché al rostro como en curvo al cuerpo y después desplegando un repertorio más amplio de combinaciones.

García, con desventaja en envergadura (10 cm) y mucho menos veloz, al verse incapaz de anotar su mejor ataque, el uno-dos, por el sólido jab de su contrincante y no tener más que esporádico acierto con su derecha a la contra, quedó anulado, padeciendo una hemorragia nasal y oscilando en intentos de tomar la iniciativa que no tenían ni continuidad ni efecto positivo para sus intereses. Por su parte, Spence fue aumentando cada vez más su uso de los golpes de poder, empujando hacia las cuerdas a su adversario con un trabajo al torso tan temible que es difícil de comprender cómo el retador pudo soportarlo.

Aunque su valentía le impidió abandonar o irse a la lona, e incluso le sirvió para ofrecer algunos ataques con encomiable tenacidad, García, como se podía prever, se fue mostrando en el último tercio cada vez más cansado y mermado, por lo que, permaneciendo estático, fue el objetivo de un durísimo hostigamiento por parte de Spence que, con crochés diestros enlazados con directos zurdos y con series de hooks en todas las trayectorias, se hizo merecedor sin knockdown de un asalto 10-8 según la cartulina de uno de los jueces y, lo que es más importante, pareció dejar cerca de la detención a su adversario.

Pese a ello, y si bien la pelea se mantuvo posteriormente varios minutos en la distancia corta, en la que García soportó brutales combinaciones de ganchos, el duelo no fue detenido y se encaminó a la lectura de tarjetas, recibiendo en total el hasta ahora invicto una cantidad de puños que podría tener repercusiones en su encaje de cara a futuras contiendas.

Uno de los máximos logros que podía lograr en la pelea García, según la opinión de quienes no confiaban en su éxito, era llegar a las tarjetas. Con todo, hasta cierto punto un KOT más o menos rápido podría haber sido menos perjudicial para su trayectoria que lo que se vio sobre el ring, ya que en ningún momento estuvo a la altura de su adversario tácticamente hablando y su inferioridad completa fue acompañada de un prolongado castigo por un boxeador mucho más grande, fuerte y contundente.

De ese modo, aunque no se le puede restar ni un ápice de mérito por su valentía a la hora de afrontar esta tarea casi imposible ni se deben olvidar sus desventajas, García verá su valoración afectada a ojos de muchos que esperaban que fuese arrollado por diferencia de peso pero no por destreza a la vez que acarreará un castigo que está por ver qué consecuencias tendrá.

Por otro lado, mientras García debe pensar en su futuro en el peso superligero, dado que no tiene sentido que siga militando en el peso wélter, Spence suma, junto a la que cosechó ante Kell Brook, la victoria más importante de su carrera, un triunfo que, aunque le llega ante un boxeador más pequeño y que vio condicionada su actuación por la ralentización causada por el aumento de peso, le sirve para afianzarse como una de las máximas estrellas del boxeo estadounidense y reclamar un muy buen puesto en el top 10 de todos los pesos, lista extraoficial en la que muchos se resistían a otorgarle un hueco.

Asimismo, Spence se verá conducido en adelante a mayúsculas contiendas, no pudiendo eludirlo por más tiempo ya los máximos nombres del peso wélter con quienes comparte escuadra. Tras el duelo, Spence invitó a Manny Pacquiao, que se encontraba en el estadio, a pugnar contra él, pelea que podría ser apoyada por la cúpula de PBC para aumentar el renombre de su invicta figura pero que quizás no se dé inmediatamente, puesto que seguramente antes se buscarían choques separados para ambos que aumentasen la expectación. En cualquier caso, ahora mismo Spence, Pacquiao, Thurman y Porter se encontrarán cada uno con tres opciones que barajar, estando claro que antes de que termine el año veremos al menos a dos de estos cuatro nombres frente a frente.

Victorias de Arreola, Nery y Benavídez
El resto de la velada televisada dejó cuatro victorias antes del límite por parte de los favoritos, iniciando la emisión del respaldo el triunfo del exretador mundial del peso pesado Chris Arreola (38-5-1, 33 KO) sobre el invicto Jean Pierre Augustin (17-1-1, 12 KO), al que derribó en una ocasión y batió por KOT en el tercer asalto para seguir acercándose a duelos importantes ante destacados compañeros de PBC.

Posteriormente llegaron los cuatro knockdowns que precedieron a la victoria del excampeón mundial del peso gallo Luis Nery (29-0, 23 KO) sobre el extitular del peso supermosca McJoe Arroyo (18-3, 8 KO), que no fue rival para la potencia del mexicano y se vio forzado a abandonar en el cuarto asalto. En teoría, el campeón mundial WBC del peso gallo Nordine Oubaali está obligado a exponer su título a continuación ante Takuma Inoue, pero Nery no tardará en volver a pelear por dicho cetro.

Finalizado este encuentro, pasó por el ring brevemente el olímpico mexicano y peso superligero profesional Lindolfo Delgado (9-0, 9 KO), que con un KO en el primer round sobre James Roach (5-2, 5 KO) siguió cumpliendo con las proyecciones que genera su carrera y pareció ratificar la necesidad de centrarse ya en duelos a ocho asaltos ante adversarios más experimentados y competentes.

Por último, en el duelo de semifondo, el exmonarca mundial del peso supermedio David Benavídez (21-0, 18 KO) arrolló en dos episodios a J’Leon Love (24-3-1, 13 KO) para enviar un claro mensaje de advertencia al actual poseedor de la corona WBC de la mencionada categoría, un Anthony Dirrell que podría ser su siguiente adversario si no se decreta antes una revancha obligatoria entre el actual titular y Avni Yildirim.