Soraya Sánchez y Míriam Gutiérrez

Emilio Marquiegui
@EmilMarquiegui

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Hace unos días se celebró la entrega de los Trofeos Espabox-María Jesús Rosa, que la web Espabox, colaboradora de Marca, concede anualmente a las mejores boxeadoras españolas de cada año.
Esta vez se entregó con carácter retroactivo a varias de ellas, como a la madrileña Soraya Sánchez, ganadora en 2010 y campeona de Europa del peso gallo.
Tuvimos el gusto de entrevistarla, tras recibir su trofeo de manos de su exentrenador y excampeón de España Pablo Navascués.

Desde que comenzó en el boxeo, sabe que es un deporte de equipo. “Tenía más miedo a defraudar a mi esquina, con todo lo que me ayudaban, que a cualquier otra cosa”.

Cuando estaba en lo más alto de su carrera, imbatida y campeona de Europa, decidió dejar el boxeo. “Me quedé embarazada, me costó mucho tomar la decisión, pero no quería perderme el primer año de vida de mi hijo. No me arrepiento”.

Tras su sorprendente retirada, pensó en regresar. «Tuve un tumor benigno después y me daba respeto regresar por ello».

Está muy satisfecha con lo que le ha dado el boxeo. «Solamente puedo hablar cosas buenas del boxeo, y además, después de tantos años, me siento muy querida por todo el mundo».

Recuerda la preparación de su amiga María Jesús Rosa para afrontar el difícil combate ante la alemana Regina Halmich. «La ayudé en los entrenamientos y en las sesiones de sparring y terminamos hartas de lo duro que fue. Yo creo que ganó aquel combate María Jesús, pero no se lo dieron los jueces».

La madrileña dispone de un gimnasio en Madrid en donde imparte clases a alumnos de todas las edades.
A Soraya Sánchez le gustaría ser árbitro, pero “no es compatible con la faceta de entrenadora, a lo que me dedico ahora”.
Mucha suerte para lo que decida en el futuro.