Armando Márquez

El boxeo norteamericano puso de relieve la figura del “Ring Announcer” para darle aún más relevancia a las grandes veladas. Personajes como Michael Buffer o Jimmy Lennon Jr. (mal llamados “speakers” en España, cuando en USA se les conoce como “MC” o “Master of Ceremonies”) se han convertido en espejos a imitar -con total merecimiento- a veces ignorando la figura de iconos propios como Paco Torres que, durante más de 50 años, perteneció a nuestra Federación de Boxeo, presentando combates hasta poco antes de morir, en 1977.

Quienes vimos presentar un combate a Paco Torres, en directo; quedamos marcados por su voz, su estilo, su dicción y su personalidad, de la misma manera que los más jóvenes han quedado prendados del “Let´s get ready to rumble..?(¿están preparados para la pelea?) de Buffer y buscan imitarle.

El “Ring announcer” o “MC”, por ceñirnos a los términos americanos; es un personaje secundario pero imprescindible del boxeo profesional. Recalco lo de profesional por que solo en esta área es donde se necesita alcanzar un cierto nivel de capacidad para que el público (el que paga desde su casa o desde la tribuna) se marche satisfecho de la experiencia. Dominar el tempo y saberse el centro de atención por unos momentos -en la presentación y en el veredicto- tiene que ser compatible con aceptar ser un anónimo espectador más mientras los púgiles dirimen sus cuitas, entre las dieciséis cuerdas. ¡Esa es la principal virtud!

Un MC debe saber que él nunca es la estrella. Nadie paga una entrada para verle pero, al mismo tiempo, si no es perfecto; le estará robando prestigio a los púgiles. Un MC debe de exigirse lo máximo, no por él; si no por quienes tiene el honor de presentar, mientras no espera más recompensa que el griterío del público cuando se aproxima a anunciar el nombre de uno de los púgiles.

Yo llegué a un ring por casualidad. Nunca me lo propuse pero me tocó hacerlo sin más experiencia que haber visto al maestro Paco Torres en vivo y por TV. Pasé el trance con el mejor cariño hacia el público y púgiles y, para mi disfrute, no me abuchearon… Mi única cualidad era amar el boxeo, a pesar de mi ignorancia. Cuando me propusieron repetir, me sentí obligado a dar lo mejor de mí y eso incluye aspectos que un MC nunca debe olvidar: hay que vestir bien (espectacular, sin caer en lo ridículo); tener un buen aspecto (Buffer tiene 76 años pero luce imponente) sin querer rivalizar con el de los púgiles; tener una buena voz, pero sin querer ser un tenor de ópera y, sobre todo, conocer las reglas del boxeo ya que un imprevisto siempre puede surgir y hay que saber reaccionar.

Sin ninguna educación especial, yo he tenido el privilegio de presentar varios deportes y siempre he seguido una norma: el que tiene el micrófono es el que tiene la responsabilidad de comunicar pero, para ello, debe de amar ese deporte, conocer sus reglas y saberse responsable si algo sale mal y hay que pedir disculpas. Cuando se toma un micrófono, entre las 16 cuerdas, hay que dejarse el ego en casa y saberse una pieza más del engranaje.

En España tenemos grandes “Ring Annoucers”: hombres de buena voz, buen aspecto, buenos conocimientos y un enorme cariño al boxeo. Yo he tenido la suerte de trabajar con varios de ellos como Néstor Domínguez, Agustín Alba, Eduardo Orozco, Pabi Longui y muchos otros… ¡de todos ellos he aprendido! También he tenido la suerte de presentar eventos en USA donde, por supuesto, hay fabulosos MC´s pero a los que no tenemos nada que envidiar.

Disfrutemos de lo nuestro; aprendamos de todos y respetemos y arropemos con cariño a nuestros presentadores. ¡Nadie se sube a un ring con chaqueta en busca de la gloria! La próxima vez que todos ustedes vean a alguien, micrófono en mano, presentando a dos púgiles; piensen que ellos aman el boxeo tanto como ustedes y que su mayor recompensa será su aplauso. ¡No se lo nieguen!