Daniel Pi
@BastionBoxeo

Todavía no se puede saber hacia dónde se dirigirá la carrera del campeón mundial WBO del peso mosca Shiming Zou (9-1, 2 KO), pero lo que es innegable es que se encuentra inmerso en una seria pugna con sus propios representantes que incluso ha llegado a poner en duda su continuidad como boxeador en activo. Este conflicto no es un rumor o una suposición, sino que todos los participantes en él han dado su parecer público y, lo que es más importante, la tensión se ha materializado en algo tan palpable como que por primera vez en su carrera como profesional no combatirá en un evento organizado por Top Rank y ni siquiera estará en su esquina Freddie Roach, estando a cargo de la promoción y organización de su primera defensa el propio Shiming Zou y su esposa.

Según se informa, la disputa no estaría directamente focalizada contra Top Rank sino hacia un grupo de representantes (SECA), principales aliados chinos de Bob Arum, con quienes Shiming Zou no estaría de acuerdo ni en la forma de conducir su carrera ni en qué hacer una vez que, más pronto que tarde, cuelgue los guantes. Aun así, tiene un contrato con ellos en vigor hasta 2019, por lo que, estando planteándose seriamente el retiro, teniendo su porvenir asegurado, padeciendo presiones de su familia y de sus representantes pero deseando engrandecer el todavía letárgico boxeo chino a través de sus combates y posteriormente convirtiéndose en promotor y entrenador, Shiming Zou va a tener que tomar decisiones cruciales de forma inmediata pero con consecuencias definitivas.

Sea como sea, por el momento su objetivo este viernes en el Shangai Oriental Sports Center de Shangai, China, y ante unas 18.000 personas, será darse un baño de multitudes y ofrecer el título WBO a la afición de su país a la vez que realiza su primera defensa voluntaria ante el japonés Sho Kimura (14-1-2, 7 KO).

Más allá de las preocupaciones y del notable tiempo dedicado esta vez a la labor de promotor, en lo deportivo, y si mantiene la concentración, el combate no debería revestir excesiva dificultad para el local, dado que Kimura no es ni mucho menos un boxeador perteneciente a la élite japonesa de la división, estando únicamente clasificado en el ranking WBO por la captura de un cinto menor de este organismo con una victoria por decisión mayoritaria sobre un Masahiro Sakamoto de corto bagaje profesional.

Por su parte, Shiming Zou llegará a esta contienda en el punto culminante de su rendimiento como profesional y tras haber realizado quizás la mejor actuación de su carrera, dominando totalmente al tailandés Prasitsak Phaprom durante doce asaltos, con un boxeo tan plástico como efectivo, para coronarse campeón mundial. Así, aunque se cuestiona la eficacia de su último campamento de entrenamiento, el encuentro debería estar muy decantado a favor de Zou, que incluso podría encontrar un notable margen para brillar, ya que, si bien el visitante es competente, sólido, siempre lleva bien posicionadas sus piernas y no posee una mala defensa, Kimura no es ni mínimamente tan veloz ni pose un ápice de los recursos del dos veces oro olímpico y tres veces oro mundial como amateur. Si a esto le sumamos la elevadísima precisión del monarca, resulta evidente que, ya sea con entradas y salidas con su afilado jab, o con un planteamiento agresivo en búsqueda de enlazar sus golpes curvos, Zou debería poder lograr una amplia decisión unánime que, de no encontrar impedimentos extradeportivos, le lleve en otoño a su defensa obligatoria ante el número 1 WBO Toshiyuki Igarashi.

Tanto Zou como Kimura han superado ya exitosamente su paso por la báscula, habiendo marcado el campeón 50,7 kg y el aspirante 50,6 kg, ambos por debajo del límite del peso mosca, 50,8 kg.