Emilio Marquiegui-Marca
@Ringsider2020
Dos compañeros del equipo Top Rank se medirán este sábado en Atlanta en busca de la prevalencia mundial en el peso superpluma (59 kg), según la WBO. El campeón Jamel Herring (23-2, 11 KO), en su cuarta defensa, tendrá enfrente a su primer rival imbatido, ganador de todos sus combates profesionales, el púgil de Newark Shakur Stevenson (16-0, 8 KO).
Si a este le añadimos su plata olímpica en Río de Janeiro, perdiendo muy ajustadamente por puntos ante el cubano Robeisy Ramírez, su título mundial júnior como amateur, su título mundial pluma WBO profesional y su similitud pugilística con el gran Floyd Mayweather, no hace falta sumar que posee una exquisita técnica, un boxeo elegante, inteligente y aguda precisión.
Shakur Stevenson, cuyo nombre de pila hace homenaje al gran rapero Tupac Shakur, asesinado un año antes del nacimiento en 1997 de este aspirante al título, busca otro cinturón mundial en una segunda categoría de peso.
Siendo el mayor de nueve hermanos, comenzó a boxear a los 5 años de la mano de su abuelo Wali, y a los 8 ya disputaba su primer combate. Una brillante carrera amateur, que finalizó en los Juegos Olímpicos, le condujo a los 19 años a despojarse de la camiseta e ir ganando a todos sus adversarios, incluidos el rumano Viorel Simion o el puertorriqueño Christopher «Pitufo» Díaz, antes de lograr en su decimotercer combate el título mundial pluma WBO derrotando a su compatriota Joet González por puntos.
Unos meses después dejó el título sin defenderlo para subir a la siguiente división del superpluma, en la que tras tres victorias aspira a reinar con permiso de Herring.
El púgil de Newark cree que Jamel Herring no puede vencerle, piensa que va a llegar a ser el número uno mundial de todos los pesos y recuerda como hace años, prestigiosos comentaristas norteamericanos decían que el tal Floyd Mayweather era un boxeador aburrido. A él también le critican, piensan que le falta KO, no acaba las peleas como debería, pero Stevenson confía en que el tiempo le dará la razón.
El marine Herring le espera armado hasta los dientes en la madrugada del sábado al domingo para ver si la buena defensa de Stevenson logra neutralizarle los ataques o si el buen golpeo al cuerpo del aspirante le puede agujerear el abdomen. Un combate para no perderse.
