Darío Pérez
@Ringsider2020

En la pelea estelar de la noche de Valdemoro, Sergio «Maravilla» Martínez (53-3-2, 30 KO) y Brian Rose (32-6-1, 8 KO) se medían en una pelea de riesgo que definiría sus carreras futuras. Serían diez capítulos, si no lo evitaba alguien antes, en el peso medio.

Un primer asalto básicamente de estudio dio paso a uno segundo de mayor agresión, donde una acción acertada del británico hizo pasar algún apuro a un Martínez que tiró de experiencia y salvó la situación sin mayores consecuencias. Un tercer round que estaba ofreciendo buenas alternativas nos trajo un choque de cabezas que hizo manar la sangre en el rostro de Rose, que no era el mismo que peleó hace unos meses en Badía del Vallés. Maravilla se encontró con un oponente que le obligaba a sacar lo mejor de sí mismo en cada acción, un paso adelante duro, pero necesario.

El nivel técnico en el cuadrilátero, excelente, nos hacía más jóvenes a los presentes, incluyendo una nutrida representación británica, recordando los tiempos de plenitud de los dos deportistas, al parecer no tan distantes como su DNI podría sugerir. Y Martínez se empeñó en llevar la contraria al tiempo, yendo de menos a más y firmando asaltos tan completos como el octavo; entendió que la vía del trabajo era la que le llevaría al triunfo, y trabajó bien a un ensangrentado Rose adoptando en ocasiones su guardia de brazos bajos, para delirio del respetable.

Se trabó un poco más el duelo en los últimos compases, cuando ya sí que pudo notarse el enorme esfuerzo realizado por los dos púgiles en un encuentro exigente en lo físico y lo psicológico pues no debe de ser fácil afrontar una cita con la certeza de que puede ser tu última bala si las cosas no salen a favor.

Tras los diez asaltos, los tres jueces puntuaron 97-94, 96-94 y 97-94 para el argentino, puntuaciones ajustadas que consideramos aceptables, aunque Rose se marchó enfadado pensando que había merecido mejor suerte.

Al acabar la pelea, Martínez declaró que «noté los diez meses sin combatir, noté que faltaba un poco el manejo del tiempo y la distancia. Creo que a él le faltó ser más constante, pero es fuerte y sólido, con una buena derecha. Hice algo más que él para ganar. Ojalá pronto haga otro combate, porque no es fácil, pero voy a buscar el mundial».