Daniel Pi
@BastionBoxeo

No se puede olvidar que la pasada semana fue muy negativa para los intereses españoles y ello se cobró inevitablemente un precio en la moral. Con todo, a diferencia de lo que sucedía en otros tiempos recientes, en los que las grandes oportunidades para los boxeadores nacionales estaban sumamente espaciadas y muchas eran vistas como de insalvable dificultad, teniendo los aficionados que esperar demasiado para una alegría que siempre se hacia esperar de más, sólo siete días más tarde desde el último campeonato de Europa disputado por un púgil de nuestro país le llegará a otro la ocasión de agrandar el notable palmarés continental con el que actualmente contamos, teniendo además buenas posibilidades de salir con el brazo en alto.

Y es que el sábado, desde el Pabellón Polideportivo Vicente Trueba de Torrelavega, el invicto Sergio “El Niño” García (27-0, 13 KO) combatirá por el vacante cinturón de campeón europeo del peso superwélter, título que podría suponer el cuarto que posee en estos momentos España y que le daría a nuestro país la primera plaza continental por delante de Alemania.

Para tratar de lograr el cinturón, García y su equipo han tenido que, en el último obstáculo de una cadena de inconvenientes, modificar su estrategia para adaptarse a un cambio de rival sólo unos días antes de la disputa del combate. Hay que recordar que a falta de diez días para la fecha programada se certificó que el campeón Zakaria Attou no iba a venir a pelear y la EBU decidía desposeerlo, algo que pese a ser previsible no dejó de resultar un revés para la preparación del cántabro de cara a su primer campeonato de Europa.

Muchas veces, ante una modificación de oponente con poco margen, los equipos aseguran que se deben realizar drásticas variaciones estratégicas sin que realmente sea así, pero esta vez es algo completamente cierto, ya que quizás no haya en el peso superwélter francés, y tampoco en el europeo, dos boxeadores tan dispares como Attou y quien será finalmente el rival de García el sábado, Maxime Beaussire (27-1-1, 10 KO).

Mientras que Attou es un boxeador técnico, móvil y con buenos contragolpes, Beaussire es un peleador frontal y aguerrido que presiona sin descanso, disparidad de estilo que se pudo apreciar perfectamente en el enfrentamiento que estos dos boxeadores sostuvieron en abril de 2017 por el cinturón de la Unión Europea. Además, si bien Attou parecía, por su tendencia a combatir en peleas más tácticas y más calmadas, que se presentaba como una opción bastante viable para que García lograse un sólido triunfo, ahora, aunque el español debe seguir siendo considerado claro favorito, la pugna resultará, estilísticamente hablando, mucho más compleja, al igual que más exigente físicamente.

Esto es así puesto que “The Conqueror” Beaussire es un boxeador fortísimo, que en varias peleas presentaba más la musculatura de un púgil perfectamente asentado en el peso supermedio que la de un superwélter rehidratado. Asimismo, su capacidad para avanzar, incluso cuando recibe puños clarísimos en su empeño, es realmente sensacional, contando en la corta con un boxeo muy peligroso y en el que despliega muy bien sus combinaciones de golpes curvos. Finalmente, otro problema más es que el francés, siempre dispuesto a la guerra, no se contiene lo más mínimo a la hora de ir más allá del reglamento, especialmente con un uso de la cabeza como un ariete que ni siquiera se molesta en disimular cuando sus rivales están de espaldas a las cuerdas.

Quizás, la mejor muestra de sus tácticas irregulares se encuentra en el KO que se anotó ante el imbatido Joffrey Jacob, en el que el puño decisivo alcanzó al confundido oponente tras un cabezazo y un golpe bajo casi simultáneos.

No obstante, los defectos del boxeo de Beaussire también resultan muy evidentes, principalmente una defensa muy permeable ante los uppercuts y rectos que le lanzan al contragolpe mientras trata de presionar. Por otra parte, su boxeo es bastante previsible, y tosca su técnica, recurriendo muchas veces desde la larga a un poco convencido jab y a un abierto croché diestro como un improvisado puente para llegar hasta la distancia corta, donde lanza curvos sin miramientos.

Así, García, que es un boxeador con una formidable condición física y capaz de sostener ritmos combativos elevadísimos, algo crucial en esta pugna, deberá apoyarse en sus veloces y afiladas combinaciones de rectos para intentar desdibujar desde la larga y la media el planteamiento del visitante, cosa que tanto podría intentar lograr cediendo la iniciativa y retrocediendo a la vez que contraataca como manteniendo el terreno o incluso avanzando y obligando a Beaussire a retroceder. Sin duda, a priori la primera táctica podría resultar la más conveniente, pero hasta ahora casi nadie ha logrado sostener de manera efectiva un boxeo dinámico contra Beaussire, sólo lográndolo en parte, pero en una pelea muy igualada, un Attou que usó muy bien el ring pegando y marchándose. Con todo, la mayoría han sido prolongadamente llevados a la cuerdas, donde Beaussire tiene las de ganar.

En cambio, aunque sería una opción mucho más osada, ya que sería difícil no encontrarse repetidas veces en intercambios de mucho riesgo en la distancia corta, quizás con una elevada cadencia de golpes y anticipándose al avance del francés se le pudiesen generar dudas. En la primera parte de su carrera, Beaussire trataba mucho más de boxear y no tanto de arrollar, cediendo el centro del ring cuando se encontraba bajo ataque, algo que finalmente suplió con desbordantes ofensivas, por lo que quizás, encontrándose con el primer púgil al máximo nivel que se niegue a ceder, podría verse obligado a realizar un ajuste vital que daría clara ventaja a García.

Sea como sea, parece que el combate está destinado a tener una gran actividad y un tremendo desgaste tanto si García intenta forzar el cambio de estrategia de su adversario como si tiene que centrarse en evitar las cuerdas a toda costa, estando claro que, teniendo “El Niño” la ventaja en altura y un superior uso de las series de rectos deberá apoyarse en ello, sin pasar por alto en ningún momento la necesidad de un astuto uso de los pasos laterales o del giro en el clinch. Evidentemente, incluso ofreciendo el mejor planteamiento posible, el español se encontrará con un boxeador con una voluntad de hierro y que sólo por el riesgo de provocar cortes con su uso de la cabeza ya supone un enorme peligro, pero la superioridad técnica, la claridad de anotación con su uno-dos y el hecho de contar con el respaldo de su público le deberían dar a García el margen necesario para que encuentre el camino hacia la victoria y la coronación como monarca de Europa.

La victoria de Beaussire se paga a 2,75 € por euro apostado, mientras que la de Sergio García a 1,44 €. Además hay opciones para apostar a múltiples resultados del combate.
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