Daniel Pi
@BastionBoxeo

El reciente cambio emprendido por el ruso Sergey Kovalev (31-2-1, 27 KO) en sus hábitos, en su concentración y en la forma de preparar los encuentros no pudo materializarse en mejores resultados en su primera pelea con el entrenador Abror Tursunpulatov. Y es que en la madrugada del sábado al domingo (hora española), en el Madison Square Garden de Nueva York (Estados Unidos), el exmonarca unificado ofreció su mejor versión para deshacerse, en sólo dos asaltos, del coaspirante al cetro mundial WBO del peso semipesado Vyacheslav Shabranskyy (19-2, 16 KO), que fue vapuleado por “Krusher”.

Los tensos directos de mano adelantada de Kovalev pronto enrojecieron el rostro de un Shabranskyy que, por su peor juego de piernas, quedaba fuera de alcance con los pasos atrás de su contrincante y era contragolpeado por peligrosos directos diestros. Aunque Shabranskky conectó una izquierda recta que desequilibró al extitular, Kovalev no tardó en sacar su pegada en forma de un croché diestro, muy practicado con su nuevo entrenador, que lanzó a la lona a su rival cuando restaba 1:15 al primer asalto. En la reanudación el ruso no se precipitó sino que siguió usando sus directos de ambas manos hasta que un uno-dos-uno, cuando le faltaban poco más de veinte segundos al episodio, desarboló a su adversario, que todavía recibió una derecha descendente y dos ganchos zurdos antes de volver a visitar la lona.

Sin apenas tiempo para más en el round tras la cuenta, el desenlace quedó aplazado hasta el segundo asalto, en el que siguieron llegando jabs arriba y abajo de Kovalev junto a su temible derecha recta sin que Shabranskyy anotase más que golpes aislados, como un hook de izquierda. Finalmente, cuando quedaba en torno a un minuto, una rápida serie de rectos arrojó por tercera vez al tapiz a “Lion Heart”, que se alzó valientemente sólo para ser conducido a la detención arbitral tras una sobria ofensiva con directos y ganchos zurdos.

“Su promotora y yo deseamos que hubiese visitado ese monasterio diez años antes”, afirmó antes del enfrentamiento Egis Klimas, mánager de Sergey Kovalev, alabando el cambio reciente que ha experimentado éste en su actitud personal y siendo consciente de que sólo con una mayor seriedad abordando su carrera el púgil podría conseguir no sólo recuperar su mejor boxeo sino ir incluso más allá. Es justo señalar que Shabranskyy no pertenece a la élite de la complicadísima categoría y su acceso al campeonato resultó más que cuestionable, pero es un fuerte y agresivo púgil que hubiese podido aprovechar las brechas de un boxeador que tuviese dudas tácticas o pasase por un mal momento físico o anímico. No es este el caso de Kovalev actualmente, que tras los reveses sumamente polémicos sufridos ante Andre Ward parece haber recibido el impulso necesario para optimizar su rendimiento.

Retos no le van a faltar para poner a prueba su constancia y su capacidad para seguir construyéndose un brillante legado, ni tampoco ganas de afrontarlos, dado que Kovalev señaló tras el combate que, descartando a un Adonis Stevenson que lo ha eludido a él y a otros púgiles destacados hasta el aburrimiento, estaría encantado de medirse a los campeones Bivol (WBA) y Beterbiev (IBF) en los que serían formidables enfrentamientos. Con todo, quizás a Kovalev antes le espere un choque contra su compañero de escuadra Sullivan Barrera o puede que un duelo ante el peligrosísimo Oleksandr Gvozdyk (número 1 WBO), si Bob Arum estuviese dispuesto a hacer una adecuada oferta.