Daniel Pi
@BastionBoxeo

En los últimos días la dudas sobre si se llevará a cabo o no la revancha entre el campeón mundial unificado Gennady Golovkin y Saúl “Canelo” Álvarez el 5 de mayo en Las Vegas han crecido exponencialmente, precipitándose varios acontecimientos que han hecho aumentar las sospechas y que en las últimas horas han desembocado en una creciente corriente de opinión que considera que la cancelación es inevitable.

Primeramente, no fue fácil pasar por alto que, tras haber ofrecido un bombardeo de promociones hasta ahora, la cadena HBO no emitió ni un solo anuncio del combate en su retransmisión del encuentro Whyte-Browne, algo que muchos interpretaron como una muestra clara de que la cancelación podría ser real. Y es que, aunque algunos creen que sólo fue una medida preventiva, resulta extraño que la televisión responsable de vender un pago por visión con decenas de millones de euros de posible ganancia retire sus promociones si no existiesen serias dudas de la no realización del combate.

Posteriormente, fue anunciado que una importante cadena de cines en Estados Unidos, que iba a ofrecer la pelea simultáneamente en todo el territorio norteamericano, retiró de su cartelera la programación del evento. Con todo, después de otros pequeños gestos similares, el hecho más llamativo ha sido que hace unas horas el grupo MGM Resorts International, propietario del T-Mobile Arena donde el Golovkin-Canelo II tendría que desarrollarse, ha ofrecido un reembolso total a los compradores de entradas. Esto supone situar un interrogante gigante en la materialización de la pugna, dado que en muchas otras ocasiones no se ha ofrecido la posibilidad de recuperar el dinero hasta que la fecha del combate cancelado era inminente o su no disputa era un hecho incuestionable.

Si todo esto no fuera poco, diversos expertos en regulaciones han dado su opinión sobre la situación de Canelo teniendo en cuenta los estatutos de la comisión de Nevada, y consideran evidente que recibirá una pena de un año de suspensión. Consultando las normas de la comisión, que se pueden encontrar en su página web oficial, se encuentra una sección que inutiliza la excusa de la carne contaminada: Sección 26, 2. “Es deber de cada combatiente no armado el asegurarse que ninguna sustancia prohibida entra en su organismo, y un combatiente no armado es responsable de la presencia de cualquier sustancia prohibida o de los metabolitos o de los trazas encontradas en su muestra analizada”. Así, aunque se contemplan circunstancias atenuantes, según los expertos estas no se aplicarían al caso de Álvarez, puesto que no podría argumentar desconocimiento del problema con el clembuterol habiendo tantos precedentes.

Tras todo esto, voces insignes del periodismo boxístico estadounidense, que han conversado con diversos implicados en este caso, incluidos miembros de la comisión de Nevada, consideran que realmente la pelea no va a producirse el 5 de mayo. Ciertamente, un argumento de peso que se había dado para descartar la cancelación de la pelea pese al positivo de Saúl Álvarez era que había demasiado dinero en juego para que los diversos agentes implicados renunciasen a él. Pero si HBO y MGM, y una serie de eslabones menores de la cadena económica responsable de este macroevento, comienzan a asumir la posibilidad de perder dinero, o al menos de dejar de ganarlo, quizás realmente el combate no se produzca.