Antonio Salgado Pérez
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Foto: De izquierda a derecha, “Kid Tano”, Pedro Díaz (árbitro) y José Antonio Nazco

Se nos fue para siempre a los 80 años, pero siempre resultó una persona joven porque, entre otras cosas, y en todas las etapas de su vida, practicó ese fácil y sano deporte que denominamos andar. Nos estamos refiriendo a José Antonio Nazco Martín que, sobre el ring, y en los carteles pugilísticos era, sencillamente, José Antonio que, como púgil amateur tuvo “su noche” Y vamos a recordarla en este obituario como sincero y nostálgico homenaje a este púgil mesurado y habilidoso que lo dio todo entre el ensogado.
“La noche de José Antonio” se produjo en la velada celebrada el 3 de julio de 1960 teniendo como escenario el ya desaparecido Frontón Tenerife, que estaba ubicado en la prolongación de la calle Ramón y Cajal, de Santa Cruz de Tenerife. En aquella ocasión, José Antonio se enfrentaba al grancanario Cayetano Ojeda Herrera, “Kid Tano”, el valeroso “sordomudo de Arenales”, que venía luciendo el flamante título de subcampeón de España. Y como nos ha recordado Ernesto Zamorano, aficionado de pro y de consolidada memoria:” aquella noche en el Frontón no cabía ni un alfiler, primero, porque “Sombrita” tenía como oponente a “Frank García” y, segundo, porque José Antonio tenía como rival a “Kid Tano”.

Y como hemos adelantado, “ La noche de José Antonio” va reflejada en esta lejana crónica:
“José Antonio y Kid Tano fueron los protagonistas de uno de los combates más espectaculares que se han presenciado en el Frontón. Si el tinerfeño sorprendió a toda la afición por su perfecta y habitual puesta a punto, su adversario grancanario entusiasmó, una vez más, por el extraordinario ritmo que imprimió a la lid. En el segundo asalto, y en un vibrante y emocionante cuerpo a cuerpo, donde ambos púgiles parecían tener clavadas sus zapatillas sobre la lona, llegó la exaltación al público al dibujarse, con rapidez de parpadeo, la curvatura de los ganchos de derecha de Kid Tano y las notables dotes defensivas del paisano que, evidenciando más “punch”, éste parecía amortiguarse ante las evidentes cualidades encajadoras de su antagonista. Al final del combate los jueces decretaron el justo veredicto de match nulo, decisión que fue recibida con enorme algarabía. Y la afición descansó en sus asientos, pues desde el inicio de tan intrépidas acciones, no hubo espectador que lo hiciera sentado. La contienda fue impecablemente dirigida por Pedro Díaz”.

Nada más finalizar aquel extraordinario enfrentamiento, la Federación Tinerfeña de Boxeo, que presidía el inolvidable Manuel Villate, les otorgó la “Medalla de la Combatividad”, galardón que era muy difícil de conseguir en aquellas épocas donde el boxeo se distinguía por su eficacia, defensa y ataque, sin olvidar, por supuesto, su elegancia y habilidad.

Así, a grandes rasgos, era José Antonio Nazco Martín que, en su ciclo, había tenido a los mejores adversarios, empezando por “Sombrita”, “Kid Levy” y “Teivol”, y terminando por “Chicho”, Marcos Benavente y Juan López, entre otros. Incluso, y en el año 1958, representó a Tenerife en los Campeonatos Nacionales de Boxeo Amateur, que tuvieron como marco Madrid, junto a sus compañeros de equipo Manolito Díaz, Domingo Cabrera, Robertín, Ramón Almenara y Mario “Laguna”. Iba como preparador el siempre recordado Longinos, “el alma mater” de la popular Sala Price” tinerfeña. crisol de notables boxeadores isleños. Y como profesional del cuadrilátero, y tras haber disputado diecisiete combates, José Antonio, siempre mesurado y activo, siguió dando muestras de entrega, voluntad y espíritu de sacrificio.