Daniel Pi
@BastionBoxeo

A falta todavía de que se produzcan las estupendas finales de la primera edición de las World Boxing Super Series en el peso crucero, con la unificación total de la división Usyk-Gassiev, y en el peso supermedio (se apunta a que en unos días se confirmará el aplazamiento a julio del Groves-Smith), la directiva del torneo ya se ha puesto manos a la obra en los preparativos para dar forma a la segunda temporada, que sin duda, tras la precedente experiencia, merece un gran entusiasmo y la conveniente atención.

Según ha declarado en diversas entrevistas en los últimos días Kalle Sauerland, director y cofundador de las WBSS, ya ha elaborado una lista de las divisiones que aconseja que sean elegidas y la ha remitido a un panel de expertos, que están siendo los encargados de seleccionar las que resultan más viables y en las que el potencial de éxito es más elevado. Cabe destacar que se está observando la posibilidad de efectuar el torneo 2018-2019 no sólo en dos divisiones sino en tres, aunque esta opción todavía no ha sido confirmada, siendo evidente que ello podría conllevar, al multiplicar las posibles incidencias, claros problemas organizativos y convertir el proceso en algo quizás demasiado complejo de llevar a buen término en el calendario establecido.

En cualquier caso, lo que es seguro es que una de las divisiones seleccionadas estará por debajo del peso wélter, señalando Kalle Sauerland como principales candidatos para cubrir esta vacante el peso supermosca, el peso gallo, el peso pluma, el peso ligero y el peso superligero. Según las palabras de éste, aunque muchas veces las divisiones ligeras se pasan por alto, en ellas se producen muchos de los mejores combates, de modo que como elección personal y como cambio de sentido respecto a la primera temporada la inclusión de uno de estos pesos resulta inevitable.

Ciertamente, a priori parece extremadamente difícil que se puedan organizar torneos en algunas de estas divisiones, pero también es verdad que hace un año parecía imposible que se unificasen las cuatro coronas del peso crucero y estamos a menos de tres meses de verlo hecho realidad, por lo que no se deben menospreciar las capacidades negociadoras y empresariales de la cúpula de las World Boxing Super Series.

Por otro lado, no se debe pasar por alto que los organizadores cuentan con el dinero suficiente para convencer a los mayores nombres de las categorías de menos peso, púgiles que ni siquiera cuando combaten en una destacada televisión estadounidense o británica consiguen bolsas equivalentes a las que logran algunos de los top 15 de bajo nivel de pesos más elevados. Hay que recordar que “El Gallo” Estrada sumó 80.000 euros en su último combate, televisado por HBO, cifra que las World Boxing Super Series podría multiplicar sin ninguna dificultad o preocupación.

Así, aunque parezca que en los citados pesos pueden haber evidentes problemas para llegar a acuerdos, de forma realista se podrían construir grandes torneos. Tomando como ejemplo el peso supermosca, Khalid Yafai, campeón WBA, podría firmar inmediatamente, ya que forma parte de la escuadra de Matchroom Boxing, que es aliada de Sauerland Promotions y que ya participó en la primera temporada con Callum Smith y Jamie Cox. Además, parece plausible que con una oferta conveniente pudiesen convencer al tailandés Wangek, al nuevo campeón WBO (el cinturón está vacante) y a varios célebres excampeones, si bien a Jerwin Ancajas, campeón IBF y miembro de la escuadra de Bob Arum, parece muy difícil que se le permita participar.

El citado esquema se repite en otras dos de las divisiones mencionadas como posibles candidatas, con el peso gallo pudiendo incluir a los nuevos monarcas WBC e IBF (ambos títulos se encuentran vacantes) o a uno de los actuales campeones (Burnett y Tete) y con el peso superligero pudiendo tener al titular WBA Kiryl Relikh, que no cuenta con un gran apoyo promocional ni con contratos televisivos, al ganador del cinturón vacante WBO o al propio Mikey García, campeón IBF y que firmó un acuerdo con Richard Schaefer, otro cofundador de las WBSS.

Así, teniendo sólo en cuenta estos nombres y no habiendo mencionado todavía posibles aspirantes de la élite, que con toda seguridad serán designados también para cubrir una de las ocho plazas de cada rama del torneo, si se seleccionase la categoría del peso supermosca, la del peso gallo o la del peso superligero se podría llevar a la práctica un sensacional proceso eliminatorio.

Por contra, es evidente que en el peso pluma sólo se podría efectuar si se convenciese al mánager Al Haymon, que se negó a participar en la primera temporada y que posee contratos con Leo Santa Cruz, Gary Russell y Lee Selby, pareciendo hoy por hoy extremadamente difícil de realizar el torneo de forma satisfactoria en el peso ligero por la presencia de campeones ligados a Golden Boy Promotions y Top Rank. Igualmente, para que fuese posible la participación de nombres como Mikey García o Leo Santa Cruz, es una condición ineludible que antes se confirme un acuerdo con una gran cadena estadounidense, probablemente Showtime. Como señala Sauerland, por delante tiene semanas de intensas negociaciones que decidirán qué camino seguirá esta segunda temporada.

Dejando de lado la división ligera que será seleccionada, también ha sido confirmado que se va a elegir otra de gran peso, siendo la candidata líder por el momento la categoría del semipesado. Como sucedió con el peso crucero en la primera temporada, el peso semipesado es otra de las divisiones que actualmente posee un mejor nivel medio en sus aspirantes y en sus campeones, aunque las dificultades por las pugnas entre promotoras y cadenas deberían hacer muy compleja la configuración de un torneo.

El titular WBA Bivol tiene contrato con la promotora rusa World of Boxing (que ya incluyó a Kudryashov el año pasado en las WBSS), y ha peleado en carteles de diversas promotoras, por lo que su participación sería muy factible. Al margen de éste, sería complicado incluir a más monarcas, puesto que Adonis Stevenson no es un ejemplo de campeón osado que acepta cualquier reto en cualquier circunstancia, Artur Beterbiev posee contrato con Bob Arum (que aparentemente se seguirá negando a participar en las WBSS) y Sergey Kovalev se verá ligado al cumplimiento de su contrato con la cadena HBO.

Pese a ello, como ha sucedido en el peso supermedio, no es imprescindible que finalmente participen dos campeones y las bajas importantes podrían ser suplidas con retadores del máximo nivel, siendo el ganador del torneo un incuestionable rival a batir en los 79,4 kg, por lo que el peso semipesado no dejaría de ser visto como una gran elección por la mayoría de expertos y aficionados. No obstante, no está confirmado que vaya a elegirse dicha división, llegando a apuntar Sauerland que ni siquiera se puede descartar que se repita la selección del peso crucero.

Sean cuales sean las categorías elegidas, el formato del torneo será el mismo. Las divisiones serán anunciadas por separado a lo largo de abril y principios de mayo, llegando posteriormente de forma escalonada las confirmaciones de boxeadores participantes. Una vez que este paso termine en el mes de junio, se producirá en julio la gala en la que los cuatro favoritos de cada división elegirán en directo a sus cuatro rivales para cuartos de final, empezando el torneo hacia septiembre.

Como el primer intento está siendo un éxito abrumador, puesto que en menos de un año ha convertido en realidad un puñado de enfrentamientos deseados pero vistos como inalcanzables, es de esperar que la nueva edición de las WBSS levante una enorme expectación, aunque será difícil repetir el logro alcanzado en el peso crucero. Dicha elección fue todo un acierto no sólo por su nivel en la cumbre sino porque sus campeones estaban dispuestos a pugnar de forma directa por el número 1 y no estaban ligados a ninguna cadena estadounidense ni a promotores dispuestos a sabotear el torneo, elementos que quizás no se puedan encontrar en muchas otras divisiones.

Aun así, teniendo en cuenta que hoy en día hay una inaceptable cantidad de campeones que se limitan a intentar mantenerse en sus tronos con el menor riesgo posible y evitan los peligros a toda costa, cualquier intento de poner a ocho de los mejores boxeadores de una división sobre el ring dará grandes esperanzas a los aficionados y a los expertos tanto de ver grandes peleas como de que se siga cambiando para bien este deporte.