Daniel Pi
@BastionBoxeo

Aunque este sábado el mundo del boxeo centrará sus miradas ineludiblemente en el enfrentamiento mundialista entre Golovkin y Canelo, habrá un púgil que seguirá con mayor atención todavía el choque entre estas figuras boxísticas. Éste no será otro que el ganador del mundial WBO del peso medio que se disputará el mismo día en el Copper Box Arena de Londres (Reino Unido), donde se verán las caras el titular Billy Joe Saunders (24-0, 12 KO) y el exretador Willie Monroe Jr. (21-2, 6 KO), que saben que quien se haga con la victoria en este combate debería ser el máximo candidato a un enfrentamiento contra el top de todos los pesos que se imponga en Las Vegas unas horas más tarde.

Si este enorme premio y la corona de la Organización Mundial de Boxeo no fuesen suficiente motivo para despertar la ambición y el deseo de subirse a un ring, Saunders cuenta también con otra razón de importancia para estar impaciente por pugnar. Y es que, después de haber tocado fondo en su rendimiento en una flojísima pelea ante Artur Akavov, que quizás pudo merecer desbancarlo, Saunders ha dado un giro a su carrera que está convencido de que le sacará de este bache y le permitirá recuperar su mejor versión.

La principal medida para ello ha consistido en terminar su trabajo con Adam Booth y optar por la contratación como nuevo entrenador de Dominic Ingle, que ha hablado con claridad respecto a la situación pasada y presente de su púgil: “No estoy culpando a su entrenador sino a Bill [Saunders]. Su nutrición ha sido equivocada también. Ahora todas las piezas están encajando. Llegó al campamento de entrenamiento gordo y fuera de forma. Cuando sólo tienes doce semanas para lidiar con eso, tienes un tiempo ajustado, pero ha trabajado duro y ha estado comprometido con el entrenamiento. No ha dado ni un paso en falso, está motivado y está disfrutando el entrenamiento”.

Puede que, como se afirma, seguramente Saunders haya dejado apartada su disoluta vida extradeportiva y sus excesos, ya que ciertamente el entrenamiento en Fuerteventura junto a, entre otros, Kell Brook, parece haberle dejado en un estado de forma realmente bueno. De todos modos, aunque ha cambiado su cuerpo y su mentalidad de trabajo, esto no ha hecho más que exacerbar la versión más bocazas y fanfarrona de Saunders, que incluso se mostró vulgar hasta el extremo en un tenso encontronazo con el equipo de Monroe.

Sea como sea, parece que estará en su mano, en su seriedad sobre el cuadrilátero y en la efectividad del campamento preparado por Ingle que Saunders pueda imponerse o no al estadounidense. Esto es así porque el británico es un boxeador enteramente superior a Monroe cuando pelea al máximo de sus posibilidades, habiendo logrado victorias ante rivales como Chris Eubank Jr. o Andy Lee que atestiguan su sensacional astucia combativa, su talento, su efectividad y su fenomenal elección de golpes.

Por su parte, aunque Monroe sobrevalora su actuación ante Gennady Golovkin, considerando que fue el responsable de que, según sus propias palabras, se “descifrase su código” y Brook y Jacobs pudiesen alcanzarlo con claridad, lo cierto es que el kazajo lo neutralizó cuando caminaba el ring y posteriormente no tomó a penas medidas defensivas para contener los tenues golpes de Monroe, exponiéndose a ellos voluntariamente en algunos momentos. En cualquier caso, éste piensa que podría enfrentarse y ganar tanto a “GGG” como a “Canelo”, a los que apuntará, al igual que Saunders, si logra vencer.

Aunque las casas de apuestas no dan una gran diferencia favorable a Saunders, esto es básicamente por la mala imagen dada por éste en su último combate y no por las cualidades de Monroe, que ha conseguido sus mayores victorias ante boxeadores previsibles y que cayeron en su trampa como Brian Vera o Gabriel Rosado, desgastándose estos en ofensivas eludidas por las excelentes esquivas de “Moongose” a la vez que eran jabeados y contragolpeados con sencillez.

De todos modos, Saunders no es ni mucho menos un boxeador de este mismo corte, sino que normalmente es un púgil que combate inteligentemente, midiendo mucho sus acciones y los riesgos de las mismas, por lo que será improbable que caiga en la telaraña defensiva del visitante. Así, quizás el enfrentamiento esté carente de las emociones que el Golovkin-Canelo ofrecerá, siendo más bien un choque táctico y con limitado ritmo en el que Saunders debería hacer valer su sagacidad, su precisión y su condición de local para asegurarse la victoria. Por otra parte, si Monroe llevase prolongadamente el encuentro a la distancia media-corta podría tener una posibilidad con sus veloces combinaciones de ganchos, pero las facilidades que daría a un buen contragolpeador como Saunders deberían resultar igualmente decisivas para convencer a los jueces.

Puede que si el local no se hubiese preparado adecuadamente, las posibilidades de Monroe fuesen grandes e incluso previsible su triunfo, porque es un boxeador hábil y con recursos técnicos además de físicamente fuerte, pero si alguien tan indisciplinado como Saunders ha dejado sus costumbres de fiestas y comida a gran escala e incluso el día de su cumpleaños lo pasó, como asegura, entrenando estoicamente con sus compañeros, no caben excesivas dudas sobre su compromiso con el triunfo y de que pretende ofrecer una imagen sólida e incluso brillante que le mantenga al alcance del mayor combate de su carrera.