Darío Pérez
@Ringsider2020

El combate de fondo en la velada de Fresno, cortesía de Matchroom Boxing, enfrentó en un peso pactado dentro de la categoría wélter al estadounidense campeón del mundo en cuatro categorías Mikey García (40-2, 30 KO) contra el español Sandor Martín (39-2, 13 KO).

Tuvo una buena puesta en escena Martín, con un norteamericano que pareció acusar la inactividad de año y medio largo sin aparecer en el ring, en contraste a la alta actividad del catalán con dos peleas en los últimos doce meses. Se mostró ágil en las esquivas el ex campeón europeo en esta primera fase del pleito, quizás echándose de menos algo de agresividad que aprovechase los instantes iniciales de mayor óxido y falta de distancia de un púgil sin hábito de cuadrilátero como el californiano; de todos modos, la actitud de Sandor fue buena, con los cinco sentidos en las acciones de García, siempre muy atento para salir de las cuerdas cuando este le intentaba encerrar para ejercer de agresor. Parecía incómodo, incluso nervioso en ocasiones, el tetracampeón mundial según pasaban los rounds sin poder acortar los centímetros que le separaban de su rival en cada intercambio, sin lograr que su plan de combate se materializase.

Astucia y velocidad fueron dos de las mejores cualidades de Sandor Martín a lo largo y ancho de la contienda, sabiendo salir de situaciones apuradas, pocas, y aprovechando su rodaje y condición física para nunca ser un blanco estático para Mikey García. Igualmente, trabajó bien con la mano adelantada en constante movimiento para desorientar a un americano que parecía una sombra del deportista que recordábamos y no supo descifrar la defensa de nuestro boxeador, siempre con aplomo entre las dieciséis cuerdas. La única duda que nos pasaba por la mente a casi todos era si los jueces serían ecuánimes y verían que Sandor era el que se llevaba la mejor parte tras bastantes de los capítulos de los diez pactados. Martín tampoco rehusó la corta distancia en algunos momentos como a mitad del noveno asalto, con más ideas, más piernas y más boxeo que el teórico favorito. Y concluyeron los diez parciales con la seguridad de que la victoria se vendría para España, tras haber ganado al menos seis de ellos el púgil español.

Los jueces ofrecieron su veredicto: 95-95, 97-93 y 97-93, decisión mayoritaria en favor de Sandor Martín, que asombró al mundo y demostró que la salud del boxeo español, pese a pandemias, falta de apoyo de televisiones generalistas y poca capacidad de movilizar grandes patrocinadores, es de hierro.