Darío Pérez
@ringsider2020

El malagueño Samuel Molina (19-2, 10 KO) Lieja (Bélgica) no pudo doblegar al local Francesco Patera (26-3, 9 KO) y cayó por decisión mayoritaria en la tarde del sábado.

Molina comenzó el combate de manera prometedora, boxeando hacia atrás con tino y metiendo buenas manos para calmar los ánimos de los de casa, manteniendo a raya a Patera y encontrando el cuerpo en el segundo asalto regularmente. El precio que había que pagar por ello también era costoso, ya que el belga llegó con potentes manos a la cabeza del español en ciertos momentos de estos primeros rounds. Eran igualados los asaltos, pero la condición de local de Patera y su estancia en el centro del ring proponiendo el inicio de las ofensivas nos hacían temer que los jueces se decantasen por el pentacampeón de Europa en sus parciales. Molina tenía buenos momentos cuando se movía, pero se exponía a impactos serios en los momentos en que se paraba ante su contrincante.

La segunda mitad de la contienda se inició con un sexto round favorable para Molina, cuyo buen golpe curvo de derecha puso en apuros a un Patera que mostró ser también buen encajador. Este dio la vuelta a la tortilla en el séptimo, con una solidez que recordó al Patera de sus grandes noches europeas manteniendo al malagueño, con hemorragia nasal, fuera de su distancia. No rehuyó ninguno el combate en la corta en un intenso octavo capítulo, exhibiendo los dos púgiles una espléndida condición física. Un buen penúltimo asalto, de los mejores del andaluz ante el más parado belga, dio paso al final de la pelea, pleno de alternativas y emoción.

Los jueces expusieron aceptables cartulinas de 96-94, 95-95 y 97-93, decisión mayoritaria a favor de Francesco Patera. No fue un mal combate de Molina, al que le faltó un poquito más de actividad y quitarse golpes en varias fases de la pugna. No será la última oportunidad de nuestro valiente boxeador de mostrar su talento a nivel internacional, estamos seguros.