Darío Pérez
@Ringsider2020

En el combate estelar de la velada de esta noche en Dallas, se enfrentaban Ryan García (21-0, 18 KO) y Luke Campbell (20-4, 16 KO) con el título interino WBC ligero en juego.

García tuvo que sudar al máximo e incluso besar la lona ante un inteligente y duro Campbell.

Empezó el primer asalto pleno de tensión, buscando pisar el ring con firmeza ambos luchadores y estudiando cuidadosamente al rival, tratando de evitar los errores. En el segundo asalto, cuando parecía que García estaba con más aplomo, una mano de Campbell por la zona externa en forma de croché al mentón derribó al californiano, que se levantó sin aparente daño. Ya sabíamos algo más del joven fenómeno, también las toma. La caída no había cambiado nada, ni había mermado la confianza de García ni había variado un ápice el plan de combate de un británico impasible, que navegaba a velocidad de crucero. Muchos habríamos deseado tener seis ojos en estos momentos, para atender a la partida de ajedrez que era el pie adelantado de ambos, la velocidad de brazos y la expresión facial de los contendientes al mismo tiempo.

El final del combate se vislumbraba en cada asalto. Preciosos intercambios por parte de ambos, más académico Campbell y más explosivo García, se sucedían ante la algarabía del público presente en el American Airlines Center de Dallas. El peligro del KO en cualquier sentido era palpable, y eso lo sabían tanto los púgiles como sus esquinas. Y todo pareció precipitarse al final del quinto asalto, con un tremendo golpe de García en la sien de Campbell que le desorientó, siendo el británico salvado por la campana. Salió al sexto episodio visiblemente dañado todavía el campeón olímpico, abalanzándose García sobre él en busca de un nocaut que nunca llegó. Ya en el séptimo asalto, un desenlace imprevisto: Ryan García venció a Luke Campbell tras un brutal golpe a la zona hepática.

El combate de hoy le enseñará a García más que los veinte anteriores, porque no podemos decir que Campbell tuviera una mala actuación. Cayó, se levantó, se adaptó a la situación y venció. El futuro, ya incluso el más cercano, se presenta espléndido para el chaval californiano, que demostró que dentro del ring puede arrebatar el pensamiento a cualquiera al igual que a sus miles de seguidores y seguidoras fuera de él.