Daniel Pi
@BastionBoxeo

La quinta puesta en juego del campeón mundial WBC del peso pluma Gary Russell Jr. (31-1, 18 KO) se saldó satisfactoriamente para sus intereses, ya que, la pasada madrugada en el PPL Center de Allentown (Estados Unidos), el titular estadounidense derrotó por decisión unánime justa al plata olímpico mongol Tugstsogt Nyambayar (11-1, 9 KO), que ofreció un apreciable esfuerzo pero que comenzó a arriesgar demasiado tarde. Las tarjetas fueron de 116-112, 117-111 y 118-110, de las cuales la última es inaceptable y la primera la más acertada.

En el resultado jugó un papel clave el primer tercio de la pugna, anotándose Russell claramente esos cuatro rounds ante un Nyambayar que permaneció demasiado dubitativo en la distancia media, que no se apoyó en un suficiente volumen de golpes y que peleó con poca resolución. Así, el estadounidense pudo usar su tremenda velocidad de manos y su frescura del comienzo para imponer sus rectos en centelleantes series o de forma aislada, tanto con voluntad disuasoria como con la intención de impactar golpes de poder, ayudándose de pasos laterales para disminuir una presión limitadamente tenaz.

Es cierto que el zurdo Russell cayó en el primer round, pero la repetición mostró que había tropezado con la pierna de su adversario, por lo que, más allá de un tímido uso del jab, el retador tuvo que esperar hasta el quinto round para tener éxitos evidentes, asalto en el que encontró el hueco para su directo diestro y pareció leer las salidas de su oponente, interceptándolo con el gancho zurdo.

De todos modos, aunque el visitante fue a más, Russell siguió controlando las acciones hasta que el combate alcanzó el último tercio. Si en el séptimo episodio ya evitó que se extendiese una ofensiva del monarca parándolo con golpes al torso, en el noveno Nyambayar reanudó su trabajo, que se tornó en adelante bastante más constante. De hecho, en el décimo round impactó duros golpes de poder, sacudiendo a Russell con un uppercut diestro y con ganchos, y en el undécimo y en el duodécimo episodio impactó buenos puños al torso pese a la respuesta del titular mundial. Con todo, tal y como le sucedió ante este mismo adversario a Joseph Díaz, a Nyambayar le faltó tiempo, habiendo comenzado su reacción demasiado tarde.

Al finalizar el enfrentamiento Russell volvió a mencionar los tres nombres que tanto ha repetido, que no son otros que Leo Santa Cruz, Gervonta Davis y Vasiliy Lomachenko, contra el que quiere una revancha buscando desquitarse de la derrota que le infligió. Para alcanzar esos enfrentamientos decisivos para su carrera, Russell asegura estar dispuesto a dejar vacante su título del peso pluma y, saltándose el peso superpluma, ascender hasta el peso ligero. No obstante, la falta de actividad de Russell durante los últimos cinco años le ha relegado a una posición secundaria en cuanto a renombre y prestigio, por lo que no tendrá asegurada una de estas peleas a pesar de que existe la opción de que PBC quiera emparejarlo contra el ganador (o incluso contra el perdedor) de un Gervonta vs. Santa Cruz que podría producirse a mediados de año.

Rigondeaux venció a Solís
En el semifondo del evento, el cubano Guillermo Rigondeaux (20-1, 13 KO) logró derrotar por decisión dividida al excampeón mundial venezolano Liborio Solís (30-6-1, 14 KO) para capturar un título de subcampeón WBA del peso gallo. Las puntuaciones fueron de 116-111 y 115-112 para Rigondeaux y de 112-115 para Solís, aunque la victoria del primero fue merecida.

El enfrentamiento tuvo un emocionante primer round en el que Rigondeaux se paró y fue estremecido en dos ocasiones, si bien durante el resto de la pelea “El Chacal” utilizó su elusivo y dinámico boxeo para evitar un gran número de manos y dormir el combate con sus elegidos contragolpes. Solís presionó en todo momento pero su eficacia fue limitada, siendo además sacudido en repetidas ocasiones por golpes con la mano izquierda de Rigondeaux, quien se anotó un knockdown en el séptimo asalto cuando las cuerdas evitaron que cayese su oponente, dañado por un uppercut zurdo y un posterior croché.

Pese a esta caída, el público se mostró muy descontento con la falta de intensidad del combate durante su transcurso y tras su conclusión, abucheando a Rigondeaux en la entrevista posterior a la pelea.