Carlos Utrilla
@CJBoxing

El próximo viernes el aficionado al boxeo tiene una cita con la historia. Rubén Nieto y Nicolás González se enfrentarán por el título de Europa del peso superligero, en posesión del primero. Será el europeo número 26 entre españoles. Un número no muy elevado, sobre todo si tenemos en cuenta que 14 de ellos tuvieron lugar entre 1977 y 1983 y estuvieron protagonizados o por Roberto Castañón o por Carlos Hernández “Pecho Liebre” (incluyendo el duelo que entre ambos acabó en tablas).

Rubén Nieto vs “Nico” González será, además, el primero entre púgiles madrileños. Fecha histórica, pues, que merece la máxima atención. A lo largo de estos días iremos ocupándonos de diferentes aspectos de la gran pelea. Empezamos por conocer cómo se ha gestado el combate.

Primera toma de contacto

Pocas horas después de coronarse campeón de Europa, los rumores en torno a Rubén Nieto comenzaron a surgir: ofertas millonarias para defender el cinturón, como la realizada por los manejadores del británico Jack Catterall (quienes sabíamos que su promotor era Frank Warren la descartamos a los tres segundos) o, incluso, la posibilidad de disputar un mundial ante Adrien Broner (algo impensable si se conocen los procesos de selección de rivales de los púgiles taquilleros en Estados Unidos).

Una posibilidad más real era que llegara una oferta de Álvaro Gil-Casares, mánager y promotor de “Nico” González, para que se llevara a cabo un duelo deseado por todo el boxeo madrileño y nacional. Hubo contactos preliminares pero todo se enfrió el 17 de Diciembre, cuando se conocía que la EBU, ante las protestas de la influyente BBBofC a través de su presidente Charles Giles (curiosamente el supervisor de la pelea del próximo viernes), había aprobado una revancha inmediata entre Nieto y Lenny Daws.

A pesar de que el Comité de Boxeo Profesional, que se enteró de la noticia después de que las redes sociales la propagaran, prometió tomar medidas, TODOS sabíamos que no había nada que hacer y la pelea soñada debía esperar.  Una lesión del campeón madrileño propició que la subasta, fijada en principio para el 18 de Enero, se trasladara a Marzo. Un día antes de la fecha, Sánchez Atocha aceptaba la última oferta británica.

Cambio de escenario

Aunque la prensa española habló de que el combate de revancha aterrizaba en la velada Fury vs Klitschko II (9 de julio), lo cierto es que la EBU nunca tuvo confirmación oficial de ello (así nos lo ratificó su Secretaría). Micky Hennessy, mánager y promotor de Daws, había perdido el apoyo televisivo y dependía de que el promotor principal de la velada diera el sí. Por una serie de razones largas de explicar, este no llegó y en los primeros días de Junio era oficial que el combate de Nieto tenía que buscar una nueva fecha.

Ricardo Sánchez Atocha no lo dudó. Por un lado, solicitó a la EBU una fecha definitiva y cercana en el tiempo o que se le dejara realizar una defensa voluntaria; por otro, se puso a buscar posibles rivales. Realmente, sólo dos nombres fueron los que se tomaron en serio: Anthony Yigit (por las buenas relaciones con Sauerland) y Nicolás González. Las preferencias recaían sobre el de La Cabrera, porque era la pelea que más gente podía arrastrar.

Sánchez-Atocha y Gil-Casares negociaron en secreto y cuando la EBU ratificaba (con D. Antonio Martín Galán presente) el ultimátum al equipo británico, que expiraba el 14 de Junio a las 14.00 horas, todo llevaba ya unos días preparado. El Lunes 13 llegaban las dos últimas piezas del puzle: por la mañana, se publicaba el nuevo ranking europeo y “Nico” ya aparecía en él tras su victoria sobre Jamoye; por la tarde, Atocha recibía un mensaje (se encontraba en Venezuela) que le aseguraba que Hennessy no podía organizar el combate antes del verano.

El boxeo español estaba de enhorabuena: el duelo número 26 entre púgiles nacionales con el europeo en juego, era una realidad. Y llegaría rápido, pues la condición de la EBU era que había que disputarlo antes de Agosto.

 

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