Darío Pérez
@Ringsider2020

Rubén García «Peli» (5-11-2, 1 KO) es, a sus 37 años, todo un veterano del boxeo español. No ha tenido una carrera sencilla, y tras su récord se esconde un púgil que siempre, desde sus inicios, ha probado a los contrincantes más duros posibles, tanto en el boxeo nacional como cuando ha sido reclamado fuera de España. Ha recibido a ESPABOX para repasar su última guerra contra Carlos Ramos y, de paso, hablar de todo sin tapujos, como siempre hace.

La dureza de la vida del boxeo humilde es bien descrita por Peli en su día a día: «Mi vida es levantarme a las 7 de la mañana e irme nueve horas a trabajar a la obra, luego salgo, voy a casa y saco al perro, me voy a entrenar, veo a los amigos un rato y me voy a correr por la noche. Ya luego a dormir. Es durísimo, te tiene que gustar mucho, si quieres ser boxeador profesional hay que correr y entrenar todos los días. Otros lo hacen para peleas específicas, pero gente como yo no descansamos nunca, porque tenemos que estar así todo el año a ver si nos llaman para algo a última hora. Me pueden llamar en cualquier momento, por eso tengo que estar en peso y bien preparado», recalca para mostrar las particularidades de los púgiles como él.

«Algunos boxeadores españoles no son tan buenos como se les considera»

Sobre su carrera, desde el principio caracterizada por enfrentarse a los rivales más duros en su peso, Rubén García argumenta que «es lo que yo he elegido y como entiendo el boxeo. No me gustan las peleas de mentira, cualquiera gana a alguien que va a perder, o desentrenado, porque hay muchas peleas en España que se hacen contra gente que no son deportistas. No comparto la idea de los boxeadores con quince o veinte victorias y realmente no han peleado con nadie, porque luego sales fuera representando al boxeo español y no das la talla; gente como Sandor o Kiko se les ve que son púgiles de verdad, pero te podría decir muchos otros que no lo son. Si les vale a ellos, adelante, pero ya cuando salen fuera ven la realidad. A mí un buen 20-0 de verdad me tendría que matar, que noquear fácil, y no ha sido así».

Preguntado por quién de sus rivales (Carlos Ramos, Jon Fernández, Samuel Molina, Jonathan Alonso, Moussa Gholam, Robert Harutyunyan, etc.) le parece mejor boxeador, contesta que «Moussa Gholam es de los mejores a los que me he enfrentado, y luego he tenido peleas muy duras, como en Alicante contra Alin Florin, pero algunos de los boxeadores que has citado para mí no son tan buenos como se les considera. Me he enfrentado a ellos y no creo que sean lo que su récord dice».

Otra contienda dura, como mencionaba García, fue la última que ha disputado contra Carlos Ramos, hace unas semanas, donde se produjo una auténtica guerra en la que el árbitro quitó dos puntos a Ramos, que aun así venció por decisión mayoritaria: «Para mí, fue una pelea cómoda, porque Carlos venía todo el rato a buscarme con la mano de atrás, siempre lo mismo, y estuve los ocho asaltos moviéndome. El chico tiene peligro, pega duro y noté alguna mano, pero no le vi tanto como su récord dice. Yo vine cuatro semanas antes, y nadie quería pelear con él, así que hablé con Ricardo (mánager) e Iván Ruiz Morote (entrenador) y fuimos adelante. Y cualquiera que la viera sabe que gané la pelea; para mí, combatir es una ilusión, pero no puede ser que tres tíos, cuatro, arbitrando, revienten todo el trabajo de un boxeador».

«Jon Fernández me faltó al respeto, estoy esperando que me llamen»

Por cierto, parece que habrá revancha: «Sé que él la quiere, porque nada más terminarse la pelea ya me dijo que teníamos que hacer la revancha, y es la prueba de que se sintió perdedor. Ojalá se recupere bien de su lesión en el bíceps y esté al cien por cien para poder vernos las caras de nuevo. Yo le espero».

Hablando del futuro, dice que «me quedan aún dos o tres años, si todo va normal, de dar guerra por aquí. Me gustaría hacer un título en mi peso, el superpluma. Este último combate sí fue en mi categoría, pero suelen llamarme para pelear en el ligero o incluso el superligero. Pero el boxeo es mi ilusión, este deporte en sí es lo que me motiva. También tengo la espinita de Jon Fernández: ya peleé con él en una de mis primeras peleas, pero en la pandemia vi que ponía que no tenía rival, y yo educadamente le contesté que yo podría pelear con él de nuevo, que tenía rival si quería. Creo que le sentó mal y me faltó al respeto, así que estuvimos con un poco de pique y cierta polémica, me dijo que nos llamarían y aún estamos con el teléfono en la mano».

La charla completa podrá verse a partir de las 22:15 aproximadamente en este enlace.