Daniel Pi
@BastionBoxeo

El año 2020 ha comenzado fuerte en cuanto a las peleas mundialistas se refiere, puesto que el primer campeonato masculino del año se ha saldado con una gran sorpresa: la pasada madrugada, en el Liacouras Center de Philadelphia (Estados Unidos), el campeón unificado WBA-IBF del peso superwélter, y por consenso número 1 de la división, Julian Williams (27-2-1, 16 KO) ha sido derrotado por KOT en el quinto asalto ante el aspirante dominicano Jeison Rosario (20-1-1, 14 KO), que entraba al combate llegándose a pagar por su triunfo más de diez euros por euro apostado pero que ahora es monarca mundial.

En el round inicial, Williams hizo valer su velocidad y su alcance para llegar con su jab y con algunos directos acompañados de buen movimiento de cintura, pero pronto este buen arranque se vio dificultado. Cuando Rosario aceleró un tanto su ritmo en el segundo round, Williams quiso responder eventualmente atacando y dejando claro que no se iba a dejar empujar hacia las cuerdas, si bien su ejecución fue equivocada, quedándose en la distancia media, donde fue alcanzado por potentes directos a la contra y sufrió un corte en torno a su ojo izquierdo.

Fuese por efecto de la brecha o por no estar gestionando bien los espacios ante un oponente fuerte y contundente, el estadounidense se veía claramente incomodado, cosa que no evitó que pudiese seguir llegando salteadamente con sus rectos de ambas manos pero que pareció que dejaba el combate demasiado en el aire, especialmente teniendo en cuenta que era amplísimo favorito y que era el boxeador más completo y con mejor técnica. Así, un aspirante con determinación y bien preparado podía encontrar su momento de gloria, y este le llegó a Rosario en el quinto round.

De nuevo, Williams se quedó en la distancia media, dándole a su rival la oportunidad de impactar un poderoso gancho zurdo que lo dejó tocado, recibiendo posteriormente bastantes combinaciones de hook de mano adelantada y directo diestro. El titular intentó agarrarse sin éxito, siendo finalmente empujado hacia la lona por el retador. El árbitro, por lo tanto, no hizo cuenta, aunque en la reanudación una nueva combinación gancho-directo dejó en las cuerdas a Williams, que recibió un duro uppercut diestro y un curvo zurdo antes de que el tercer hombre se viese obligado a detener el choque.

Dado que tanto Williams como su entrenador insisten demasiado en dar cada vez que hablan lecciones a todo el mundo de cómo se debe acometer una pelea, sin duda ahora ambos padecerán severas críticas, sobre todo en el caso del boxeador, que desde que adquirió sus cinturones mundiales contra Jarrett Hurd no ha dejado de repetir que dicho púgil no tenía la mentalidad adecuada para defender su título en casa y que por ello perdió contra un no favorito. Precisamente, esto pero agravado es lo que le ha sucedido a Williams, que ha visto escaparse de sus manos sus cetros ante su público y contra un boxeador que, pese a ser competente, mayoritariamente era considerado un mero rodaje antes de grandes enfrentamientos.

Estos duelos podrían ser ahora para Rosario, quien ve su cotización catapultada a la vez que se hace con dos coronas mundiales, por lo que la cúspide del peso superwélter de PBC (escuadra a la que él también pertenece) indudablemente querrá tener una pelea ante él, especialmente siendo considerado un púgil con no mucha velocidad, defensa permeable y recursos limitados pese a su notable potencia. Finalmente, este triunfo de Rosario ilustra que, más allá de que en el boxeo todo puede pasar, los grandes nombres estadounidenses del peso superwélter no son una élite imbatible como a veces los medios norteamericanos quieren hacernos creer, sino que se les puede vencer con tenacidad inquebrantable y con adecuada preparación y estudio.