Foto: Esther Lin/ Showtime

El combate por el título mundial superligero WBA vacante se llevó a cabo este sábado entre el estadounidense de origen cubano, Rolando Romero (15-1, 13 KO), número 5 de la WBA y el venezolano Ismael Barroso (24-4-2, 22 KO), número 1, en el Chelsea Ballroom de Las Vegas.

Y la victoria polémica fue para Rolando Romero, cuando el árbitro Tony Weeks paró el combate en el noveno asalto, sin aparente inferioridad de Barroso.

El combate empezó con prudencia por parte de ambos contendientes. En el tercer asalto, Barroso derribó a Romero, algo que luego hizo el propio Romero en el noveno asalto. En el momento de la parada arbitral, Barroso dominaba para los tres jueces 78-73, 77-74 y 76-75.
Duelo con alternativas, y en el asalto decisivo Barroso se levantó de la caída y se recuperó, pero al cabo de casi dos minutos, en un intercambio en las cuerdas, sorprendentemente el árbitro intervino y paró el combate sin que Barroso se encontrara en grave peligro.

Barroso declaró: “Creo que fue una injusticia detener la pelea. Fue un empujón en la primera caída. No fue un gran golpe ni nada. El árbitro simplemente detuvo la pelea y no dijo nada. Se puede ver claramente. Yo soy el que lo está golpeando. No entiendo por qué detuvieron la pelea”.

Incluso Romero lo reconoció. “Seré honesto, es un guerrero y se le debería haber permitido continuar. Él quería seguir adelante y yo quería que él siguiera adelante también”. Y además comento: «Quiero ir tras Ryan García. Podemos hacerlo en Showtime PPV”.