Daniel Pi
@BastionBoxeo

Con una decisión dividida y puntuaciones de doble 115-113 y un 113-115, el campeón mundial IBF del peso gallo Emmanuel Rodríguez (19-0, 12 KO) retuvo su título, la pasada madrugada en el CFE Arena de Orlando (Estados Unidos), venciendo al australiano Jason Moloney (17-1, 14 KO), que con un gran trabajo al cuerpo dejó al borde de la ruptura al puertorriqueño.

Por la excelente habilidad de ambos, por su velocidad y su afán de victoria, los contendientes ofrecieron fantásticos rounds de boxeo, en el comienzo ocupando Rodríguez el centro del ring y Moloney desplazándose. La igualdad en las acciones era patente, y si el campeón anotaba su espléndido uno-dos-hook, Moloney le replicaba con eficaces crochés y ganchos al torso, quedando compensados los claros golpes de poder de Rodríguez por las recurrentes entradas y salidas de su rival, realizando ambos buenas esquivas.

En la primera mitad los jueces consideraron que “Manny” había sido superior, pero el trabajo al torso siempre presente por parte de Moloney comenzó a acumularse, por lo que en el último tercio el campeón fue padeciendo cada vez más dificultades, hasta que en el décimo asalto quedó dañado y estático contra las cuerdas a la vez que el australiano descargaba contra él potentes andanadas. A la desesperada, Rodríguez tuvo que agarrarse tanto en este como en el siguiente round, en el que se mostraba tan mermado que parecía inminente que pusiese la rodilla en la lona. Con todo, a base de puro coraje Rodríguez sacó fuerzas no se sabe de dónde para lanzar numerosos golpes en el duodécimo asalto y resistir en pie hasta el veredicto.

Mostrando destreza, agresividad, contundencia y un coraje sensacional, Emmanuel Rodríguez, más allá de si se puede debatir el resultado final, ha demostrado su valía y habrá aumentado su crédito a ojos de muchos. Pese a ello, padecer un castigo tan severo antes de ponerse en frente del top 10 de todos los pesos Naoya Inoue, al que se medirá en semifinales de las World Boxing Super Series (se cree que hacia febrero), resulta muy preocupante, añadiendo dificultades a una pelea que de por sí es una odisea. (En la foto ambos).