Daniel Pi
@BastionBoxeo

El Palasport San Filippo de Brescia (Italia) presenció en la noche del jueves una pelea importante para el boxeo del país, ya que la primera defensa del único titular italiano de la actualidad, el campeón de Europa del peso supergallo Luca Rigoldi (20-1-1, 8 KO), era el motivo del retorno del boxeo a la cadena RaiSport tras una larga ausencia. Ante tal ocasión de lucir, Rigoldi no falló y solventó con mucha claridad su defensa voluntaria ante el francés Anthony Settoul (24-8, 9 KO), que fue derrotado por decisión unánime y amplísimas cartulinas de doble 119-109 y un 120-108.

Quizás teniendo presente en su planteamiento el rápido triunfo de Abigail Medina en el primer round ante Settoul, Luca Rigoldi salió al ring decidido a tener tempranos resultados, arremetiendo desde la distancia media con su izquierda recta o en croché y alcanzando de esa manera de forma nítida al aspirante, cuya cabeza fue sacudida y que tuvo que soportar algunas andanadas de espaldas a las cuerdas. Espoleado por estos éxitos, el italiano siguió atacando con denuedo en el segundo round, quedando Settoul casi sin respuesta y recibiendo fuertes ganchos al rostro y al torso.

La superioridad del campeón de Europa era evidente y desde muy pronto resultó posible preguntarse cuántos episodios aguantaría el visitante, que tenía la cara enrojecida y que acusó claramente los rectos y hooks de izquierda al hígado de su adversario. Con mucha tranquilidad, el monarca incluso se permitió dar de vez en cuando un paso atrás, pero por lo general se mantuvo al acecho con sus combinaciones de curvos y rectos para desgastar a un Settoul que conectó algún uppercut diestro en respuesta pero que no podía igualar o replicar el despliegue de su adversario y que a duras penas tenía efectividad defensiva con sus bloqueos.

Sin duda, después de la poca resistencia ofrecida ante Medina, Settoul se esforzó por aguantar al máximo y dar una mejorada imagen, soportando los duros ganchos de Rigoldi e intentando aprovechar el total afán ofensivo de su adversario para conectar alguna mano, produciéndose en torno a la mitad algunos intensos intercambios, pero el local siguió apoyándose en su presión y en su alta frecuencia de golpes para acorralar y castigar al aspirante.

Así, en el séptimo asalto Settoul no resistió más y puso la rodilla en la lona tras sufrir un gancho de izquierda al cuerpo, aunque el árbitro no realizó cuenta al estimar, erróneamente, o que el golpe había sido bajo o que el retador había resbalado. En cualquier caso, durante los siguientes episodios los sostenidos ataques de Rigoldi se mantuvieron, poniendo en serios apuros a Settoul en el undécimo episodio, aunque con enorme coraje y perfecta preparación el galo aguantó en pie hasta el veredicto.

Tras propinar tantísimos golpes a su contrincante y no desarbolarlo, quedó claro que Rigoldi no tiene en la pegada su principal virtud, estando siempre más centrado en el ataque que en la defensa y, por lo tanto, exponiéndose continuamente a las manos enemigas. No obstante, con esa cadencia de puños, esas energías inacabables y algunos buenos recursos técnicos, como oportunas diagonales para crear huecos para su izquierda curva, Rigoldi volvió a demostrar que es un boxeador que hay que tomar muy en serio a pesar de su falta de experiencia ante la cumbre continental.

Este punto débil, la falta de bagaje al máximo nivel, pretende ser compensado por el italiano con un largo reinado como campeón de Europa, ya que afirmó tras el encuentro que ya habrá tiempo para el mundial y que ahora está centrado en defender su actual título. En ese caso le espera como aspirante obligatorio el ucraniano Oleksandr Yegorov, que no combate desde que derrotó de forma ajustada a Cristian Rodríguez en enero de 2018. En el caso de que su retador oficial renunciase a su posición, o tras la defensa ante éste, Rigoldi seguramente deberá afrontar entonces verdaderas pruebas de fuego ante la élite de Europa que mostrarán hasta dónde es capaz de llegar.