Raymond Ford y Eddie Hearn

Darío Pérez
@ringsider2020

Top Rank se afianza semana a semana como la gran promotora de 2024, organizando buenas galas con prestigiosos títulos. La pasada madrugada ha acontecido una de ellas en el Turning Stone Resort Casino de la pequeña Verona, dentro de Nueva York.

En el combate estelar de la noche, se asignaba nuevo campeón mundial WBA pluma, vacante tras el abandono de Leigh Wood. Los coaspirantes, el uzbeko Otabek Kholmatov (12-1, 11 KO) y el estadounidense Raymond Ford (15-0-1, 8 KO), nos han brindado una de las contiendas más emocionantes de los últimos tiempos con un desenlace digno de los mejores thrillers de la época dorada de Hollywood.

Kholmatov, más agresivo que Ford como se preveía, entró mejor al duelo, imponiéndose en los primeros rounds y buscando un ritmo alto de acciones. A partir del cuarto, y tras haber pasado algún apuro anteriormente, el estadounidense de motor más diésel fue entrando en la pelea y dando la réplica a Kholmatov, que seguía como púgil más activo liderando las ofensivas. Llegando al ecuador, la tendencia cambiaba de manera más acusada, yendo a más Ford, con mejor ritmo y clavando manos fuertes a la vez que la energía del uzbeko empezaba a disminuir. La confianza del que a la postre sería nuevo campeón iba en aumento, pero su percepción era que iba a remolque en las tarjetas, lo que provocó que siguiera dando pasos adelante con los buenos consejos de su preparador y, por primera vez, aceptando el cuerpo a cuerpo en el octavo asalto, quizá conocedor de su mayor energía a estas alturas del pleito.

Kholmatov, según los cálculos mentales que se hacían y lo que escuchábamos entre asaltos, parecía ir en cabeza al afrontar los últimos parciales. Además, sangre en el rostro de su rival (aparentemente, producto de un cabezazo) le dio alas para cerrar el undécimo asalto mejor y casi asegurarse el triunfo en las cartulinas… Pero esto es boxeo. Dos buenos impactos diezmaron a un cansado uzbeko, al que parecía fallarle una rodilla producto de lesión o de la mera fatiga, por lo que Ford fue a por todas: primero caía el caucásico sin conteo del árbitro…y luego buscaba el fuera de combate, logrando mermar mucho más a su rival tras una serie de duros latigazos a su anatomía. El error de Kholmatov fue no poner rodilla en tierra por los pocos segundos que quedaban, ya que dio la espalda al árbitro declinando cualquier pose defensiva. El tercer hombre hizo lo que el reglamento expone, detener la pelea cuando un boxeador no tiene guardia. Las cartulinas, como se pensaban, habrían dado el triunfo a Kholmatov, pero eso ya pertenece a lo hipotético.

Ford asumió tras el combate que quiere, casi debe, subir al peso superpluma, ya que se mostró débil en las horas previas y le costó entrar en la pelea. Solo en caso de unificación inmediata le manifestó a un exultante Eddie Hearn (en la imagen, ambos celebrando el triunfo) que podría continuar como pluma una vez más.