Daniel Pi
@BastionBoxeo

El cinturón mundial WBC del peso superligero, que se encontraba vacante, ya tiene un nuevo dueño y este es el invicto estadounidense José Carlos Ramírez (22-0, 16 KO), que derrotó a su compatriota Amir Imam (21-2, 18 KO) por decisión unánime en el campeonato que disputaron la pasada madrugada en el Madison Square Garden Theater de Nueva York (Estados Unidos). Las puntuaciones resultaron sumamente dispares, oscilando desde la victoria por la mínima de Ramírez con un 115-113, al triunfo abrumador con un 120-108, pareciendo la restante cartulina, de 117-111, la más acertada.

Ciertamente, no eran los mejores coaspirantes posibles para disputar este mundial, pero ambos ofrecieron una gran pelea. Imam arrancó muy activo con su jab preparando el hueco para su derecha y llegando con un durísimo uppercut diestro, pero no pudo evitar que pronto Ramírez encontrase la manera de acortar los espacios y de llegar con buenos ganchos y algún directo. En adelante esta tendencia se mantuvo, aunque agudizándose el acierto de Ramírez, que impactó claros ganchos zurdos arriba y abajo, precisos rectos y otras manos de poder ante un Imam que se vio forzado a buscar un puño decisivo a la contra y a evitar las cuerdas a toda costa.

A pesar de que el encuentro comenzó a decantarse del lado del favorito, el directo de Imam continuó impactando con potencia, aunque sin lograr contener el ritmo de su oponente, que usaba su mejor golpe, el hook de mano adelantada, con enorme insistencia, agresividad y efectividad. A consecuencia de ello, teniendo que centrarse en evitar dicho puño, Imam abrió involuntariamente la puerta a que Ramírez conectase nítidas derechas rectas, que le alcanzaron de forma frecuente.

Tras este buen comienzo del invicto, en el quinto episodio Imam reaccionó recuperando su inicial buen uso del jab y contragolpeando con curvos las descontroladas ofensivas de su adversario, si bien en el siguiente episodio Ramírez reafirmó su dominio con una derecha que dejó tocado a su adversario y que le obligó a correr mientras era hostigado por hooks. Con todo, pese a los problemas y a que el gancho zurdo de Ramírez siguió marcando la diferencia, Imam no cedió y trató de disuadir los ataques con notable tenacidad.

Alcanzado el último cuarto, la pugna se vio llevada a peligrosísimos intercambios de golpes, que Imam aceptó de buen grado a pesar de que no era la mejor opción táctica teniendo en cuenta la superioridad de su contrincante en este tipo de boxeo. Aun así, Ramírez empezó a acusar desgaste por la dureza del choque y por su propio ritmo combativo, por lo que, martilleado por el jab de Imam, tuvo que sacar fuerzas de flaqueza y realizar una contraofensiva con potentes ganchos zurdos y una serie de directos en el décimo round, dejando tocado nuevamente a “Young Master”. En cualquier caso, aunque Imam volvió a pasar por grandes apuros en los dos últimos asaltos, mostrando una enorme voluntad y un tremendo encaje, siguió resistiendo y respondiendo hasta el tañido final.

Aunque a continuación tendrá algunas semanas para descansar y disfrutar de su nueva corona, que le encumbra en una división que ofrece grandes oportunidades, Ramírez tiene delante de sí un año extremadamente difícil. Y es que, por haber capturado un cinturón mundial WBC vacante, a continuación deberá hacer frente a dos defensas obligatorias como marcan los estatutos del organismo, siendo la primera ante el formidable Regis Prograis y seguramente la segunda ante el sensacional Josh Taylor, los dos mejores aspirantes de la categoría en la actualidad. Así, se verá ante grandes retos que le darán la ocasión de poder cuestionar el número 1 de la división a Mikey García, aunque la dificultad de Prograis y Taylor hace que muchos vean casi inexistente la posibilidad de que Ramírez logre prolongar su reinado.

Gvozdyk a la espera del mundial
En el respaldo, el peso semipesado Olekdandr Gvozdyk (15-0, 12 KO) derrotó a Mehdi Amar (34-6-2, 16 KO) por decisión unánime de los jueces y tarjetas de 118-110, 117-111, 116-112, convirtiéndose en aspirante obligatorio del vencedor del mundial WBC del peso semipesado entre Adonis Stevenson y Badou Jack.

Pese a que se hizo con una victoria que se consideraba previsible, el ucraniano no brilló como en anteriores ocasiones, viendo la pelea complicarse por la velocidad de manos, las efectivas acciones elusivas y las convenientes decisiones del experimentado Amar, que jabeó con mucha rapidez, encontró una y otra vez el camino a su derecha a la contra y trató de arrebatarle la iniciativa con osadas ofensivas cuando se encontraba más presionado. Sin embargo, sus uno-dos, su directo diestro combinado con hook o uppercut zurdo y otros golpes de poder le aseguraron a Gvozdyk el control de la pelea e incluso le permitieron estremecer a Amar en el cuarto, séptimo y duodécimo round.