Javier Royo
@JavRoyo

Scott Quigg (31-0-2, 23 KO) ha estado estudiando a fondo peleas pasadas de Carl Frampton (21-0, 14 KO). Al punto que dice saber perfectamente cómo partir con ventaja cuando los dos campeones supergallo se enfrenten en el Manchester Arena de Manchester la noche de este sábado. Quigg, de 27 años, no ha especificado las debilidades que ha visto en el boxeo de Frampton, pero sí que ha señalado los problemas que tuvo en su última pelea contra el púgil de 22 años Alejandro González Jr. (25-3-2, 15 KO) el julio pasado en su contienda en El Paso, Texas.

Frampton ganó la pelea por decisión tras doce asaltos, pero fue derribado dos veces en la primera ronda. Caídas que no las provocaron golpes de suerte. González le cazó en ambas ocasiones con sólidos disparos a la cabeza. Más adelante, el norirlandés se tambaleó en el noveno asalto cuando le conectó una mano derecha perfecta a la testa. Frampton después de este incidente estuvo más cauto, y no concedió más oportunidades al joven luchador mexicano.

«Tengo mejores habilidades, soy mejor luchador y nadie lo vive como yo», dijo Quigg a bbc.com. «La gente puede decir que el equipo de Frampton está totalmente inmerso en la pelea y podría ser. Pero ellos no se acercan ni de lejos a la manera en que yo lo vivo”. El enfrentamiento está considerado parejo al 50-50 por la mayoría de los aficionados. Quigg expondrá su título mundial WBA supergallo y Frampton el cinturón IBF de la misma división.

Ambos boxeadores han luchado recientemente con nuestro Kiko Martínez (35-6, 26 KO), una misma prueba que puede medir sus diferencias. Quigg venció a Kiko por nocaut en el segundo asalto tras una primera ronda espectacular del español el julio pasado. Por su parte, Frampton le derrotó a por decisión unánime en 2014, y un año antes por KOT en el noveno asalto. La diferencia más evidente es que Quigg descargó sus mejores golpes muy temprano contra Martínez, fruto probablemente del vendaval que sufrió en la primera ronda. Mientras, Frampton estuvo más centrado en boxear y en no ser golpeado y consiguió ganar la liza corriendo pocos riesgos.

La más reciente evidencia de vulnerabilidad mostrada por Scott Quigg hay que encontrarla en 2013, cuando exhibió un montón de defectos en el empate con Yoandris Salinas (21-2-2, 14 KO). Salinas demostró a las claras que Quigg no es inmune a la presión. Es más, Salinas fue capaz de colocar mejores golpes pero la lucha no produjo ningún ganador y nunca hubo una revancha entre los dos púgiles.

El promotor de Quigg, Eddie Hearn, ya está hablando de armar un segundo combate si la pelea resulta igualada. Esto significa que es posible que el ganador no tenga billete directo para enfrentarse con oponentes como Guillermo Rigondeaux o Nonito Donaire.