Daniel Pi
@BastionBoxeo

Pese a que la división del peso crucero es a nivel mundial una de las más interesantes y con más nivel medio, además siendo sus protagonistas casi exclusivamente europeos, el máximo cetro EBU de la mencionada categoría ha estado en los últimos años sumamente inactivo y falto de peleas del máximo relieve.

Para ilustrarlo basta señalar que el cinturón de campeón de Europa del peso mosca, categoría que en nuestro continente tiene una grave falta de boxeadores y sólo cuenta con siete clasificados en el ranking europeo, se ha puesto más veces en juego en los últimos tres años que el cetro del peso crucero. Asimismo, en los dos campeonatos de Europa de los 90,7 kg más recientes había un abrumador favorito enfrentándose a un púgil sin posibilidades.

No obstante, el próximo sábado en el Sporthal Schiervelde de la ciudad de Roeselare (Bélgica) se producirá un combate mucho más interesante que los precedentes inmediatos por el cinturón de monarca de Europa del peso crucero, puesto que el invicto titular Yves Ngabu (19-0, 14 KO) afrontará el choque más exigente de toda su carrera ante el danés, considerado en su momento destacado prospecto, Micki Nielsen (25-1, 15 KO), si bien el duelo no se produce en circunstancias óptimas para ninguno de los dos.

Ngabu, que ha cambiado a su entrenador de toda la vida, al que valora casi como un padre, por otro al considerarlo más profesional y una modificación necesaria para el cumplimiento de sus máximos objetivos, ha estado parado desde enero de 2018, cuando realizó su primera defensa ante el asequible Geoffrey Battelo, que sólo aguantó tres asaltos.

Por su parte, Nielsen, que ha acarreado durante la pasada temporada una lesión en una mano, no ha pugnado tampoco desde enero de 2018, cuando no pudo superar más que por decisión dividida, pese a su condición de abrumador favorito, a Ricards Bolotniks. Asimismo, los problemas no terminan aquí, sino que Nielsen, que dio un positivo en control antidopaje en 2017, ha tenido que llevar sobre sus hombros los reproches que le han sido lanzados a la cara constantemente desde entonces.

Otro factor con peso en el estado de su moral es que su hermano, el peso supermedio Patrick Nielsen, tras sus dos derrotas consecutivas ante John Ryder y Arthur Abraham, se cree que ha decidido colgar los guantes de forma definitiva, algo que resultará un recordatorio para Micki de lo que podría conllevar para él una derrota ante Ngabu.

Por todo lo expuesto, el Ngabu-Nielsen resulta un encuentro trascendental para ambos, que ni están en posición de permitirse un tropiezo ni pueden dejar de considerar el hecho de que son rivales directos en la lista WBC (son 20º y 21º) y el ganador recibirá previsiblemente un buen posicionamiento en el top 15 de ese y otros organismos. Además, no se debe olvidar tampoco que si el torneo WBSS II se termina satisfactoriamente, superando los problemas económicos por los que pasa, se coronará un número 1 de la división que necesitará nuevos retos.

Así que, estando por un lado la amenaza de la crisis y la inactividad y por el otro el surgimiento de una mayúscula oportunidad, el belga y el danés pugnan en un muy buen choque que en gran parte se debería decidir en función de quién logre imponer su distancia, ya que Nielsen podría tener grandes resultados con el boxeo en larga y su potente uno-dos y su croché-directo, aunque podría sucumbir en corta bajo la potencia física de un Ngabu que no debería tener problemas para superar en el combate sin espacios a un rival limitado en ese campo.