Emilio Marquiegui-Marca
@EmilMarquiegui

Así de claro se expresa el gran campeón Poli Díaz que, a punto de cumplir 53 años, desea reencontrarse con el mundo del boxeo. De momento entrenando, en un futuro preparando boxeadores y a corto plazo volviéndose a subir al ring como competidor.

Con un gran palmarés, siete títulos de España, ocho de Europa, aspirante oficial al título mundial unificado del peso ligero en poder de la estrella norteamericana Pernell Whitaker, el vallecano tenía potencial para haber llegado mucho más lejos.

El Potro de Vallecas ha visitado la redacción de Marca con una simpatía y un bienestar que contagia. Es un hombre feliz, ha vuelto a entrenar para ponerse en forma y nos confirma que se subirá a un ring para efectuar un combate de exhibición.

-Poli, se te ve fantástico, nos tienes que decir qué haces para cuidarte y estar con tan buen aspecto.
-Correr por las mañanas. He estado en Las Palmas y he paseado mucho por la playa, además he estado metido en casa descansando debido a este problema sanitario que tenemos.

Poli ha permanecido siete semanas preparándose en Las Palmas de Gran Canaria y ahora está en Madrid entrenando y trabajando para ocupar su tiempo de manera provechosa.

-Nos dicen que estás entrenando a tope
-A tope, no, que me puedo fundir, eso lo haré dos meses antes de que vuelva a subirme al ring, por el momento voy poco a poco para bajar peso.

-Has estado tiempo fuera de la órbita del pugilismo, ahora has vuelto. ¿Qué echabas de menos del boxeo?
-Boxear, tener al público, subir al ring y disfrutar. Era como cuando sale una vedete al escenario, pues lo mismo pero en boxeador.

-Has leído que dos estrellas como Mike Tyson y Roy Jones volverán para hacer un combate de exhibición, ¿qué opinas?
-Mi promotora UGC me ha ofrecido hacer un combate como el de ellos, y si lo hace Tyson, ¿por qué no lo voy a hacer yo? ¿Los americanos van a ser más que nosotros? Pues los españoles igual pero con cabeza, entrenando y estando fuertes.

-¿Puede ser el primer paso para encadenar más combates o solo quieres disputar uno y punto final?
-Hay que ir paso a paso porque la edad no perdona. Pero si te enfrentas a alguien como tú, bien entrenado, perfecto. Pero tampoco contra un chico de 23 años que te da una pasada.

-¿Confías en que el público te siga idolatrando y anime al Poli de siempre?
-Yo voy por la calle y la gente me sigue saludando como antes, me piden muchas fotos y estoy muy contento porque el público continúa apoyándome.

-¿Cómo empezaste en el boxeo?
-Entré en el gimnasio del Rayo Vallecano para aprender a pelear, yo no sabía ni lo que era el boxeo. Allí encontré a Alfredo Evangelista, que era muy grande, luego cambié de entrenador y así fui llegando tan alto. Después veía la película de Rocky y me sentía más que Rocky, porque aquello era una película y lo mío era real.

-¿Cuál ha sido tu día más triste?
-He tenido muchos, pero lo pésimo es que te traicionen las personas en las que confías.

-¿Eso es lo peor que tiene el boxeo?
-Sí, confiar en alguien y que te engañe, que averigües que te ha pagado de menos, pero de joven no me daba cuenta. Aunque luego le doy un abrazo, porque me sale así, no soy rencoroso. Y por no dejar a mi entrenador, por serle fiel, perdí muchas oportunidades.

-¿Y lo mejor del pugilismo?
-Que haces deporte y te pones en forma. Pero más en serio, el subir al ring, el ir logrando metas, yo acertaba los asaltos en los que ganaba y los títulos que iba a disputar en el futuro.

Poli, como siempre, nos deja sus hilarantes ocurrencias, su atropellada conversación, pero no desaprovechamos la oportunidad para recordar una carrera que le hizo tan popular.

-¿Quién ha sido el rival más duro de tu periplo profesional?
-El escocés Steve Boyle, era muy difícil. ¿Whitaker? No era tanto, fue un campeón mundial muy importante en varios pesos, pero Boyle era un zurdo que no era el mejor, pero sí el más complicado.

-¿En esta vuelta al ring con quién te gustaría boxear?
-El que me gustaría, lo que pasa que es muy joven, es Manny Pacquiao. Sería increíble, un verano a las dos de la noche en la Plaza de las Ventas. Lo he soñado muchas veces, yo con mi edad, él que va para delante y yo también, sería un choque de titanes.

-¿Sigues la actualidad del noble arte?
-No, el boxeo me sigue a mí, yo a él, no. A veces me aburro viendo boxeo, ves que no se pegan, a mí me gusta el boxeo de dos púgiles cerca cambiando golpes. Yo no veía ni mis combates, aunque cuando empecé a verlos, me dije: Soy un fenómeno. Pero claro ya los vi cuando me había retirado.

-Y además de subirte al ring, ¿Cómo vas a seguir ligado al deporte de las dieciséis cuerdas?
-También quiero dar seminarios y cursos para estar entretenido. Con todo esto aprendes muchas cosas, desde luego me gustaría también ser entrenador.

Muy interesante y entretenido charlar con este célebre personaje que con el paso de los años continúa siendo tan mediático como antes.

“QUIERO DEVOLVERLE LAS 500 PESETAS”
Antonio Ricobaldi es uno de los promotores de la nueva etapa de Poli Díaz. Junto a Daniel Pisabarro dirigen la empresa UGC (Unlimited Global Challengers) que será la encargada de guiar los entrenamientos de Poli Díaz, además de facilitarle la posibilidad de impartir cursos y seminarios y de encauzar su faceta como entrenador.

Ricobaldi recuerda que era un niño y se encontraba con un amigo en la calle Zurita de Madrid una tarde sin muchos proyectos. “De pronto apareció un señor que no conocíamos y nos preguntó que qué hacíamos ahí tirados. Le dijimos que no teníamos nada que hacer. Yo vivía con mi abuela, mis padres habían muerto, y como niños no teníamos dinero para casi nada. De pronto, ese señor sacó dos monedas de 500 pesetas, nos dio una a cada uno y nos dijo: ‘Iros al cine Consulado en la Gran Vía, que ponen buenas películas’. Allí fuimos. Una era de Rocky. Luego yo me aficionaría y practicaría deportes de contacto y también descubriría quién era ese misterioso señor: nada menos que el gran Poli Díaz.
No se me olvidará el detalle, quiero devolverle las 500 pesetas y ayudar mucho más a este gran tipo que es Poli”.

Daniel Pisabarro-Poli Díaz-Antonio Ricobaldi