
El mexicano Marco Antonio Barrera recibió esta semana una pensión de 150.000 euros procedente de un fondo de pensiones para boxeadores en California. Este pago, el segundo más cuantioso otorgado por este estado, ha puesto de manifiesto la existencia de un sistema de apoyo para púgiles retirados en California, desconocido para muchos, especialmente entre los boxeadores hispanoamericanos. Barrera, de 51 años, peleó 15 veces en California durante su carrera, donde disputó títulos mundiales que generaron grandes bolsas. Su hijo, Marco Antonio Barrera Santana reveló a BoxingScene que el excampeón desconocía la magnitud de la suma a la que tenía derecho: “Pensaba que serían unos 5.000 euros, pero se sorprendió al saber que era mucho más. Lo destinará a los ahorros para la universidad de mis tres hermanos”.
Barrera es parte de la historia contemporánea del noble arte por su trilogía con Erik Morales, su victoria sobre Naseem Hamed y sus combates contra Manny Pacquiao. En la actualidad sigue vinculado al deporte como comentarista. Fue nombrado en ESPABOX como el mejor peso pluma del siglo XXI.
El fondo de pensiones de California está dirigido a púgiles de al menos 50 años que hayan peleado un mínimo de 10 asaltos al año durante cuatro años en el estado, sin interrupciones superiores a tres años, y que acumulen al menos 75 asaltos profesionales programados en California.
El dinero recibido por Barrera contrasta con la situación de los boxeadores en España, donde salvo contadas excepciones, no cotizan a la Seguridad Social, ni tienen derecho a pensiones por su actividad deportiva. En los últimos meses, un grupo de populares deportistas de los años ochenta se han agrupado en torno a la Fundación Blanca Fernández Ochoa para solicitar al Gobierno de España que les reconozca su trayectoria deportiva a efectos de la jubilación, dado que antes los deportistas quedaban al margen al no tener el estatus de profesionales los que optaban a ser olímpicos.
En España, José Legrá o Alfredo Evangelista accedieron a las ayudas del WBC gracias a la mediación de Manel Berdonce y Miguel Ángel de Pablos. En contra de la repetida imagen del boxeador arruinado, otros supieron gestionar mejor sus ganancias como deportistas. Es el caso del campeón mundial José Durán, quien invirtió las bolsas que ganó, y aprobó una oposición.