Daniel Pi
@BastionBoxeo

Las actuaciones ofrecidas por boxeadores como Sergio García, Kerman Lejarraga, Mohammed Mimoune y Francesco Patera en campeonatos de Europa ante boxeadores británicos han supuesto, inevitablemente, el inicio de un cambio de mentalidad para los aficionados y promotores de Reino Unido.

Esto es así debido a que, aunque los aficionados de dicho país pensaban que Ted Cheeseman no tendría problemas para arrollar a García, que Bradley Skeete martirizaría a Lejarraga, que Sam Eggington aplastaría sin miramientos a Mimoune o que los camilleros deberían intervenir para sacar a Patera del ring tras ser atropellado por el agresivo Lewis Ritson, el caso es que los cuatro boxeadores británicos acabaron sumando una derrota muy dura moralmente, ya que no es lo mismo perder ante un boxeador que es respetado y evaluado justamente por el público que ser sorprendido por el que se piensa que es un púgil de tercera clase y casi un rodaje en el camino hacia la grandeza.

Por estos resultados y por algún otro combate que no salió según lo esperado para la nación que actualmente es la primera potencia boxística de la Europa Occidental (además de una de las cinco mayores naciones pugilísticas del mundo), desde las Islas Británicas se ha empezado a ver claro que el continente no es un páramo carente de nivel en el que los boxeadores son meras piedras de toque a la espera de ser cosechadas para el récord de los todopoderosos británicos, sino un lugar en el que hay púgiles de muchísima valía que no deben ser tomados a la ligera a pesar de que sus nombres no resuenen a cada momento en los titulares de los medios anglosajones.

Así, a la vez que se extiende entre la opinión pública británica la idea de que no se puede saltar a la primera de cambio del nivel nacional al europeo sin una adecuada y consistente preparación, como se ha estado haciendo recientemente, puesto que se corre el riesgo de dañar considerablemente las trayectorias de las promesas, uno de los citados protagonistas en una de esas victorias contra pronóstico en campeonato de Europa, el actual monarca continental del peso ligero, el belga Francesco Patera (20-3, 7 KO) (en la foto), expondrá su cinturón por primera vez este sábado.

Lo hará en el Pabellón Polideportivo “La Préalle” de la histórica ciudad de Herstal (Bélgica), donde se pusieron las bases para la creación de la dinastía carolingia y donde vivieron y se cree que nacieron figuras de la talla de Carlos Martel y Carlomagno.

Su oponente será el retador obligatorio Marvin Petit (24-1-1, 12 KO), boxeador francés que le sonará a los aficionados españoles por ser el púgil propenso a los gestos chulescos que derrotó a Jerobe Santana en 2017 en un campeonato de la Unión Europea en Francia.

Llegando a este combate después de derrotar con una estupenda actuación a un Ritson que llenaba estadios y que se valoraba como un evidente candidato a coronarse campeón mundial, Patera debe ser considerado el favorito, más aún si se tiene en cuenta que en su recorrido el titular, de sólo 25 años, ha peleado seis veces fuera de Bélgica y entre otros se ha medido dos veces (sumando respectivamente una victoria y una derrota) a Edis Tatli, quien ha dominado en líneas generales la categoría en el ámbito europeo durante tres años.

En contraste, Petit, aunque peleará a no mucha distancia de su casa, pudiendo llegar hasta Herstal desde París en coche en unas pocas horas, realizará con este duelo la primera salida de su país, factor nada desdeñable como tampoco lo es el hecho de que hasta ahora prácticamente no se ha medido a un boxeador de tanto nivel como Patera, quien además puede estar acercándose al punto culminante de su rendimiento y ha alcanzado el duodécimo asalto cinco veces (Petit sólo en una ocasión).

No obstante, Petit es un boxeador muy hábil, con una gran destreza defensiva, un rápido jab y que combina manos con enorme soltura, por lo que de ningún modo Patera tendrá las cosas fáciles. De hecho, dado que ambos han dejado sus mejores actuaciones cediendo la iniciativa, moviéndose, jabeando y contragolpeando, se podría llegar a producir un encuentro táctico, con grandes cantidades de astucia y cautela por parte de ambos, tipo de enfrentamiento de baja intensidad que, encontrándose frente a frente dos boxeadores con recursos notables, casi siempre favorece al púgil local, un Patera que si vuelve a ofrecer el nivel que tuvo ante Ritson debería poder retener su corona.