La leyenda filipina Manny Pacquiao, de 42 años y cuya última aparición fue en julio de 2019, está preparando su próxima pelea. El problema es que no sabemos cuál es.
Desde que venciese a Keith Thurman por decisión dividida en una gran actuación, se ha especulado mucho sobre cuál sería el próximo paso del múltiple campeón mundial. Su retirada para centrarse en su carrera como senador, revancha con un Mayweather ya más pendiente de exhibiciones, Ryan García (como se dio casi por hecho hace unas semanas), etc.
Ahora, el propio Pac-Man ha dicho a Bob Arum que está dispuesto a aceptar una pelea con Terence Crawford, uno de los mejores boxeadores de todos los pesos, pero hay una pequeña condición: Arum se tendrá que dejar buenos billetes para que ocurra. Porque Pacquiao ha puesto cifras a la pelea, 50 millones de dólares (unos 41 millones de euros), repartidos en cuatro partes para él y una para Crawford. Lo que está claro es que, tras serle arrebatado el título mundial WBA wélter hace unas fechas, Pacquiao tendría un gran aliciente en vencer a una de las estrellas del boxeo actual casi una década menor que él y, además, monarca WBO de la misma categoría.
No parece nada descabellada la idea del filipino en clave empresarial por un aspecto importante, y es el problema que Arum decía tener con Crawford: «Es uno de los mejores boxeadores del mundo, pero me hace perder dinero porque no promociona sus peleas».
Seguramente, con un mito como Manny Pacquiao, «Bud» solo tendría que preocuparse de la parte deportiva, la promoción se haría prácticamente sola.