Jesús Archivet
@JessMaroto2

Ousmani Traore emprendió el viaje de su vida hace diez años en una patera. Una batalla contra el mar que sólo los más afortunados la ganan. Su sueño era encontrar una vida próspera, su objetivo era integrarse con la juventud europea, pero jamás imaginó llegar hasta lo más alto en el deporte del país dónde forjaría su futuro. El kickboxing le salvó de las frías y álgidas calles de España.

A su llegada, estudió, trabajó y, sobre todo, entrenó. El hecho de conocer personas que le acercasen a los cuadriláteros fue esencial para explotar sus cualidades físicas. Ahora, es campeón de Muay Thai con un proyecto ambicioso en el mundo del boxeo. Un propósito que desarrolla en la Escuela de Arganda del Rey (Madrid). Este es, además, un proyecto deportivo vinculado a la caridad. Ousmani es el fundador de Bierzomandana, una ONG que trabaja para lograr el sueño de niños del continente africano para que tengan diversas oportunidades laborales, deportivas o educativas y reluzcan sus habilidades.

-Hola Ousmani, a pesar de tener una carrera exitosa en los deportes de contacto en España, ¿dónde y cuándo naciste?
-Nací el 20 el de octubre de 1993, en Ferennis. Una aldea situada justamente entre Mali y Mauritania (su país). Llevo residiendo en España casi la mitad de los años que tengo.

-¿Qué te motivó para tomar la decisión de emigrar de tu país de origen?
-Lo que me motivó fue la necesidad de progresar, de tener una vida mejor, poder soñar y poder cumplir mis sueños. Todo el mundo sabe que en África hay personas que lo están pasando mal. Y estas personas quieren sacar provecho de sus cualidades para tener un futuro mejor.

-¿Cómo lograste llegar a Europa?
-En 2008 subí a una patera desde Mauritania y con suerte pudimos llegar a las Islas Canarias, el primer lugar donde estuve. Y a raíz de ahí todo fue como un sueño.

-¿Cómo fue la experiencia de emigrar en patera?
-No fue fácil. Nunca había visto el mar y yo era de los más pequeños de la tripulación, tenía 14 años. Fue un viaje complicado, sobre todo cuando se pararon los motores, la patera no estaba preparada para tres días y tres noches navegando. Todos pensábamos que no íbamos a sobrevivir. Lo recuerdo como un momento de mucha ansiedad y nervios, pero gracias a Dios los capitanes pudieron poner en marcha los dos motores y pudimos llegar a Tenerife.

-Viniste con el sueño de ser futbolista y en cambio eres luchador ¿Qué te animó a cambiar de deporte?
-Fernando Torres era mi ídolo, al igual que Iniesta, Ronaldinho y otros jugadores que nos inspiraban a los chavales y queríamos ser como ellos. Jugar en la Liga era nuestro gran deseo. Recuerdo que los educadores del centro de acogida me ofrecieron varios deportes y elegí el fútbol. El cambio ocurrió cuando me mudé a Ponferrada (León).
Un día vi a unos chicos haciendo las danzas de capoeira y me llamó la atención porque lo veía en las películas, cuando estaba en mi tierra. Y decidí apuntarme, entonces el entrenador me presentó el gimnasio. A partir de ahí comenzó todo. Era un gimnasio donde se entrenaban diversas disciplinas como kickboxing, boxeo, muay Thai. De este modo, el entrenador me dio la oportunidad de probar y en menos de dos meses pude debutar en amateur.

-¿Cuál fue tu primer pensamiento cuando fuiste campeón de España de Muay Thai?
-La verdad es que fue un sueño hecho realidad. Anteriormente, ya fui campeón en amateur. Gané en 2017 en Málaga, posteriormente en 2018 quedé segundo en Barcelona y en 2019 fue cuando me dieron la oportunidad de ser aspirante. El sueño se cumplió en Mérida, en la plaza de toros. Y fue increíble, miré atrás en mí pensamiento y me dije: soy el chico que hace años llegue a España en patera, estaba peleando en el mundo para poder sobrevivir y ahora soy campeón de España. Esa alegría y esa emoción jamás la imaginé.

-Ahora después de triunfar en el Muay Thai, has dejado de patear y te dedicas al boxeo ¿Por qué tomaste esa decisión?
-El boxeo siempre me ha llamado la atención, es similar al muay thai solo que en este añades rodillas y codos para complementar. Y desde que estoy aquí en Madrid, en el gimnasio lo que más hacemos es boxear. Por lo que tuve la picardía de probar el debut en este deporte y ahora estoy en la Federación Española. Pero tampoco tengo pensado abandonar el muay thai. Mi sueño es ser campeón de España en ambos deportes y saber compaginarlo a la perfección.

-¿Qué meta te has marcado de cara a un futuro?
-Representar a España en los Juegos Olímpicos en muay thai, en París 2024. Es algo que me hace mucha ilusión, estoy luchando por conseguir la nacionalidad lo antes posible.

-¿Quién es tu entrenador?
-Mis entrenadores son Richard y David Arribas.

-¿Cómo es vuestra relación?
-Es genial. Nos conocemos desde hace muchos años y estuvimos viviendo juntos. Por Richard es por quién he venido hasta aquí, somos un gran equipo y esperamos seguir creciendo.

-¿Dónde entrenas?
-Entreno en la Escuela de Arganda del Rey, donde también imparto clases de Muay Thai.

-¿Tienes algún referente en el mundo del boxeo?
-Sí, me gusta mucho Canelo Álvarez, Jon Fernández, Kiko Martínez, Anthony Joshua, pero indudablemente, mi favorito es Gervonta Davis.

-¿Cómo valoras tu combate de debut en el boxeo?
-Fue muy bueno, perdimos por puntos. Estaba en preparación desde septiembre y fue algo inesperado. A Adrián Torres le falló el rival a última hora y me dieron a mí la oportunidad de combatir contra él. Para mí una derrota fue lo más justo, pero aun así lo veo como una pelea muy igualada.

-¿Cómo te ves a nivel físico y mental en la actualidad?
-Siempre he intentado estar al máximo nivel sobre todo después de la pandemia. Tras mudarme, la carga emocional me ha afectado, pero el hecho de tener futuras competiciones hace que este psicológicamente en mi mejor punto.

-¿Tienes previsto pelear antes de que acabe este 2022?
-Sí, la verdad que sí. Estamos trabajando para celebrar una pelea en el mes diciembre. Puedo decirte que será alrededor del 22 de diciembre. Esa es la idea. La fecha aún no está concretada pero el propósito es cerrar el año con una pelea. El contrincante aún no lo puedo decir.

-¿Cómo es tu entrenamiento y tu dieta?
-No es fácil, entreno de promedio dos horas diarias. Reparto los entrenamientos durante la semana, por ejemplo: los lunes los dedico al entrenamiento físico, los martes hago circuito, los miércoles los dedico a la técnica, los jueves están dedicados al sparring al igual que los sábados y los viernes trabajamos la técnica. En general, es un entrenamiento de lunes a sábado.
En cuanto a la dieta, tengo un asesor nutricional en el gimnasio para mantenerme en el peso con una dieta estricta.

-Además de ayudar en el gimnasio y competir en los deportes de contacto ¿te ganas la vida en un oficio o profesión laboral independiente al deporte?
-De momento, estoy trabajando en una fábrica de cartones. Pero el objetivo es vivir del boxeo y del muay thai. Mi día a día, es levantarme para trabajar, entrenar y al final del día dar la clase de muay thai.

-¿Has tenido alguna lesión grave?
-No, gracias a Dios no. Pero los meniscos de la rodilla izquierda me obligaron a estar unas semanas lejos del ring. Pero por lo demás todo bien.

-He visto el proyecto de tu ONG, Bierzomandana, con la cual haces una labor de caridad para tu poblado ¿Cómo está funcionando el programa de creación de una nueva escuela?
-Es una iniciativa que me ilusiona. El proyecto se creó el 6 de noviembre de 2018 con el objetivo de llevar oportunidades hasta África, que los chavales puedan educarse tanto intelectual como deportivamente. He visto que en África hay potencial, lo que falta son oportunidades.

-¿Tienes pensado hacer algún evento benéfico en África?
-Sí, me gustaría sobre todo para motivar a los más jóvenes y hacerles ver que con esfuerzo se puede conseguir un futuro mejor.

-¿Qué consejo le darías a cualquier niño que sueña con llegar a Europa para forjarse un futuro mejor?
-Muchos jóvenes de allí me hablan por redes sociales, me consideran un ídolo, pero yo les digo que soy uno más como ellos. Mi consejo para todos mis compatriotas es que no dejen de soñar. Si quieren ser futbolistas o boxeadores que sigan trabajando y soñando. Esa es la clave.