Daniel Pi
@Bastionboxeo

Pareció que muchos no le creyeron cuando afirmó que esta iba a ser la pelea más complicada de toda su carrera hasta la fecha, pero los hechos demostraron que Óscar Valdez (22-0, 19 KO) tenía razón, ya que tuvo que emplearse muy a fondo para imponerse por decisión unánime a un durísimo Miguel Marriaga (25-2, 21 KO) que llegó a hacerle pasar por algunas dificultades importantes. Los jueces otorgaron el triunfo a Valdez con cartulinas de 119-108 y 118-109 excesivamente amplias y un 116-111 mucho más acorde a lo sucedido, tarjetas que le sirvieron al joven mexicano para retener la corona WBO del peso pluma por segunda vez, la primera de forma obligatoria.

En el inicio, Valdez usó su sensacional sentido de la distancia para explotar su variado y característico boxeo, en el cual pasa con total sencillez de presionar con intensidad a contragolpear corriendo el ring o a apoyarse en firmes entradas y salidas. A consecuencia de las excelentes esquivas del titular, Marriaga erró un importante número de puños, algo que no evitó que se mantuviese firme en sus ofensivas y terminase por anotar alguna clara derecha, secos jabs y buenas contras con el gancho diestro.

Empezando a verse amenazado, Valdez decidió recurrir a un boxeo dinámico, que fue el que le dio mejores resultados. Manteniéndose muy móvil, variando la dirección del giro, esquivando de cintura o con ágiles cambios de línea y usando con contundencia el jab a la espera de conectar duros contraataques con el gancho zurdo, Valdez dominó las acciones hasta pasado el ecuador de la contienda, llegando a estremecer con sus contras a un Marriaga férreo en su encaje.

Quizás por que en toda su carrera sólo había pasado una vez del octavo asalto, Valdez, que bajaba demasiado los brazos, no pudo mantener bajo control al colombiano, llegando Marriaga de forma cada vez más clara con directos y ganchos al cuerpo y rostro. La situación desembocó directamente en apuros para el monarca en el décimo round, en el cual recibió un fuerte gancho al hígado seguido por algunas andanadas de curvos. Con todo, cuando se encontraba presionado y contra las cuerdas, Valdez tiró de pegada para, con un gancho de izquierda a la contra, tumbar al aspirante, que aguantó en la reanudación las precipitadas series de directos de su rival.

Finalmente, con Valdez no pudiendo boxear con tanto dinamismo y con Marriaga algo recuperado, ambos ofrecieron unos intensos últimos asaltos con fuertes cruces de golpes en los que los recursos, la precisión y la rapidez del mexicano se impusieron.

Terminado el encuentro, las declaraciones de Valdez reflejaron que era consciente de que había cometido una considerable cantidad de errores, por ejemplo no usando su magnífico golpeo al torso. Aun así, si bien sabe que su actuación fue mejorable y que le queda experiencia por adquirir, eso no evitó que tras la contienda se mantuviese firme en su objetivo de enfrentarse a otro de los campeones de la división, mencionando a su compatriota Leo Santa Cruz.