El pasado viernes en Glendale, Óscar Valdez pareció revivir su carrera noqueando al australiano Liam Wilson. Tras haber sido derrotado por Emanuel Navarrete por el título mundial WBO superpluma, era una pelea definitoria para su carrera, pues una derrota le habría relegado lejos de los grandes.
Sin embargo, tanto el trabajo de su promotora Top Rank en los despachos como el suyo en el ring le han puesto de nuevo entre los grandes nombres del boxeo. Bob Arum y los suyos lograron que la WBO sancionase el duelo como mundial interino del citado título, pues «el Vaquero» Navarrete buscará el de superior categoría. Por algo dicen que realmente WBO significa What Bob Orders (lo que Bob pida), aludiendo al servilismo del estamento de Paco Valcárcel con la empresa del veterano promotor.
Valdez es consciente de que será ascendido en los despachos a campeón, siempre que el Vaquero pueda derrotar a Denys Berynchik, por lo que ya tiene mentalidad de poseer el título WBO superpluma y quiere a otros campeones de su promotora para unificar, adelantándose a los acontecimientos: «Respeto mucho a O’Shaquie Foster (campeón WBC) y a Luis Alberto López, quiero pelear contra ellos. Me gustaría dejar un gran legado, aún no he hecho nada en el boxeo y quiero retirarme y ser recordado como uno de los grandes». Hemos de señalar, sobre estas palabras, que el Venado López es campeón IBF, pero en la división pluma.