Daniel Pi
@BastionBoxeo

La impresión que causó el monarca mundial WBO del peso superwélter Jaime Munguía (33-0, 26 KO) con su destrucción de Sadam Ali cada vez queda más enterrada por las decepcionantes actuaciones que ha realizando desde entonces. Y es que, exceptuando su defensa ante un Brandon Cook que no supo mantenerse en la pelea, Munguía ha tenido desde su coronación en mayo de 2018 una verdadera regresión, mostrando enormes brechas defensivas ante el astuto Liam Smith, incapacidad para boxear sin iniciativa ante el fuerte Takeshi Inoue y una terrible irregularidad combativa ante Dennis Hogan.

Peor aún es tener en cuenta que, pugnando contra adversarios que entraban a la contienda con una desventaja en las apuestas muy amplia, Munguía tuvo problemas para lograr la victoria, habiendo una gran cantidad de espectadores y analistas que consideran que perdió o empató sus combates ante Hogan e Inoue, e incluso en considerable número lo piensan otros de su combate contra Smith, si bien los jueces siempre le dieron cartulinas favorables insultantemente extensas. En este aspecto vale la pena destacar su encuentro ante Inoue y las corruptas puntuaciones de Javier Martínez, Levi Martínez y César Ramos: 120-108, 119-108 y 120-108.

Por otro lado, en cuanto a su última defensa en México ante Hogan, que causó intensas protestas por el veredicto cuestionable, el boxeador australiano además señaló que se quedó una hora esperando en el vestuario a que se le hiciese una prueba antidopaje hasta que finalmente él y su equipo se percataron de que no se iban a realizar, algo que resulta más que sospechoso.

Pareciendo que el anterior técnico de Munguía y el propio púgil se negaban a ver que su estilo es el que es y que no podían hacer modificaciones muy profundas, el púgil mexicano ha contratado como entrenador a Erik Morales, que ha señalado que su intención es, lógicamente, que el púgil vuelva a pelear con elevada agresividad. Para realizar una primera toma de contacto con el nuevo preparador, recobrar moral y despedirse del peso superwélter, puesto que Munguía ha declarado que es casi seguro que esta será su última pelea en la división antes de ascender al peso medio, el monarca expondrá su corona en el Dignity Health Sports Park de Carson (Estados Unidos) contra otro oponente demasiado asequible para su nivel teórico como el ghanés Patrick Allotey (40-3, 30 KO).

Si le hubiesen puesto a Munguía como adversario a un púgil como Patrick Teixeira o Kanat Islam, incluso como el voluntarioso Charles Manyuchi, quizás se habrían producido muchas críticas. Pero si le sitúan delante a un Allotey que nunca ha derrotado a un boxeador del nivel del top 15 y que ha padecido derrotas ante Teixeira, Islam y Manyuchi es inevitable que muchos aficionados y expertos afirmen que se ha ido demasiado lejos limitando los riesgos de esta defensa. Más aún recordando que el supuesto heredero de Canelo tendrá sobre sus hombros combatir en el fin de semana de la independencia mexicana.

Como Munguía se está mostrando tan inconsistente, ya nada se puede dar por seguro, pero ante un Allotey que, pese a su orden y su explosividad, tarda muy poco en ceder bajo presión, lo más probable es que si el mexicano deja de lado las pasadas instrucciones absurdas que lo lastraron y se lanza al ataque con convencida combatividad, el boxeador africano no debería tardar en visitar la lona. De hecho, incluso si Munguía hace experimentos equivocados, será muy difícil que su retador pueda mantener la pelea contendida.

La velada protagonizada por el Munguía-Allotey será emitida en España a partir de la 1:00 h del sábado al domingo por DAZN. En el respaldo destaca una nueva pelea del peso ligero Ryan García (18-0, 15 KO), que ha discutido con Golden Boy Promotions afirmando que merece el combate estelar y mayores bolsas por tener 3,4 millones de seguidores en Instagram pero que, mientras se pone de acuerdo con su promotor, peleará en el semifondo contra Avery Sparrow (10-1, 3 KO).
Sparrow ha sido elegido por los matchmakers de la citada compañía para dar brillo a García, ya que llega de una victoria ante Henry Lundy que le ha dado notable prestigio, si bien se ha pasado por alto que el veterano exretador mundial está en crisis de rendimiento. Además, Sparrow tiene mucho menos bagaje que su rival del sábado, limitada pegada y un nivel inferior, algo que quizás quede ejemplificado al haber vencido a duras penas a un José López al que García derrotó en dos asaltos.