Daniel Pi
@BastionBoxeo

Normalmente, aunque la época de los cuatro campeones por división diluye el valor de determinados enfrentamientos entre monarcas, una unificación es vista como un duelo trascendental en la categoría que merece de por sí centrar una gran atención. Sin embargo, en lo referente al combate entre el campeón WBC del peso ligero Mikey García (38-0, 30 KO)(a la izquierda en la imagen) y el titular IBF del mismo peso Robert Easter (21-0, 14 KO), las expectativas futuras han absorbido las miradas de los medios y también de los aficionados hasta ensombrecer el choque, a pesar de que éste es aparentemente muy interesante.

En el desvío de la atención hacia lo que surge por el horizonte ha jugado un papel clave el propio García, que ha dedicado los últimos meses a hablar sobre posibles enfrentamientos con Vasyl Lomachenko y, especialmente, con Errol Spence. “Quiero ascender a la división del peso wélter, quizás tan pronto como a finales de año. Quiero ir a por un campeón. Si podemos hacer que eso suceda, será contra el campeón top de la categoría ahora mismo. Tenemos a Errol Spence, que es el mejor ahora mismo, y ese es con quien querría estar en un ring”, afirmó Mikey García, apuntando a un choque con el monarca mundial IBF del peso wélter, que está buscando rival para su subida a un ring de diciembre y que asistirá como espectador al combate de este sábado.

Si bien son muchos los que dudan sobre el verdadero deseo de García de que se materialice un combate ante Spence, como se cuestionaron igualmente las pretensiones de éste de enfrentarse a Lomachenko y a Jorge Linares (combates que no se han producido, ni siquiera aunque el WBC facilitó las negociaciones con el venezolano), las declaraciones referentes al futuro del boxeador californiano han hecho que desde el equipo de Easter se piense que está siendo minusvalorado.

La verdad es que parece que hasta cierto punto es así, cosa que se debe en parte al rendimiento reciente de Easter, que desde que se proclamó campeón no sólo no ha vuelto a sumar una victoria antes del límite sino que ha padecido dificultades innecesarias esencialmente por un inadecuado aprovechamiento de sus cualidades físicas y técnicas. Esto alcanzó su punto culminante el pasado enero, cuando tuvo enormes problemas para lograr ante el “Abejón” Fortuna un triunfo dividido muy controvertido, a causa del cual el propio público estadounidense abucheó el veredicto.

Tras este pésimo precedente, Easter decidió dar un vuelco a su carrera, empezando a entrenar con Kevin Cunningham, preparador que está recibiendo recientemente importantes y complicados encargos, como por ejemplo entrenar y disciplinar a Adrien Broner y Gervonta Davis. Consciente de los errores recientes de su nuevo pupilo, Cunningham afirmó: “No usaba su alcance de manera apropiada, no controlaba la distancia y en cierto modo ahogaba sus puños peleando un poco demasiado cerca al renunciar a su altura. Así que Robert entiende qué debe hacer, los ajustes que debe realizar. Le he enseñado algunas cosas y él ha tenido la habilidad de cogerlas. Parece estar realmente afilado y simplemente pienso que va a ofrecer un show el 28 de julio”.

Aunque se confía en la valía como entrenador de Cunningham y en que Easter ha efectuado el mejor campamento de su trayectoria, la ventaja en las apuestas de García es notable, considerándose que, a pesar de la gran desventaja en altura y alcance (1,68 m y 1,73 m por el 1,80 m y 1,98 m de Easter), el titular en cuatro divisiones debería hacerse con una victoria solvente.

Y es que, si bien Easter ha podido realizar mejoras, García cuenta con una percepción natural de la distancia muy superior, siendo más rápido de manos y excelentemente preciso, especialmente con su magnífico uno-dos. Por ello, y considerándose que podría aprovechar su muy buen gancho zurdo para quebrar el torso de su espigado rival, que se atasca en la distancia corta con extrema facilidad, resulta difícil pensar en que a García se le escapará la victoria, menos aún peleando arropado por sus numerosísimos seguidores en el Staples Center de Los Ángeles (Estados Unidos).

Evidentemente, García no efectuó una gran actuación ante Sergey Lipinets, que lo alcanzó con numerosas derechas rectas, y nunca se sabe si, tras un año y medio sin pelear en el peso ligero (el WBC se ha saltado sus normas de defensas obligatorias), descender desde el peso superligero podría tener consecuencias negativas inesperadamente severas. Además, si Easter utilizase bien su jab y su derecha a la contra supondría, por mero tamaño, un objetivo muy difícil de alcanzar. Sin embargo, teniendo en cuenta que el equipo de García habitualmente sólo le elige a oponentes que, en base a un cuidadoso estudio, se prestan perfectamente a que pueda batirlos, optando muchas veces por seleccionar a púgiles que han sufrido derrotas o empates recientes o han ofrecido actuaciones muy por debajo de las expectativas, será complicado que hayan errado el cálculo y que Easter trunque su récord invicto catapultando su cotización.

En el pesaje, García dio el límite del peso ligero, 61,235 kg, mientras que Easter marcó 61,008 kg. El evento del García-Easter será retransmitido para Estados Unidos por Showtime, empezando la emisión del respaldo (Mario Barrios vs. José Román, peso superligero, y Luis Ortiz vs. Razvan Cojanu, peso pesado) en torno a las 4:00 de la madrugada del sábado al domingo en hora peninsular española.