Daniel Pi
@BastionBoxeo

No fue fácil y seguramente con ello no consiga fortalecer sus pretensiones al top 3 de todos los pesos, pero el campeón mundial WBC del peso ligero Mikey García (38-0, 30 KO) derrotó la pasada madrugada al monarca IBF del peso superligero Sergey Lipinets (13-1, 10 KO) en el Freeman Coliseum de San Antonio (Estados Unidos), convirtiéndose en titular en una cuarta división de peso tras haberlo sido también en el peso pluma y en el superpluma. Su victoria llegó por decisión unánime y tarjetas de doble 117-110 y 116-111, si bien el conteo computerizado afirma que sólo anotó veinticinco puños más que su adversario.

Con un frecuente uso del jab, García mantuvo ocupado inicialmente a Lipinets, que no pudo efectuar intensos ataques al tener que centrarse en realizar esquivas, por otro lado no lo suficientemente efectivas como para evitar terminar el primer round con el rostro enrojecido. De este modo, con el ruso-kazajo neutralizado pronto, García se pudo limitar a buscar el momento de anotar su perfecto uno-dos, en ocasiones enlazado con el gancho zurdo, sólo teniéndose que preocupar por los eventuales contragolpes con directo de mano adelantada de Lipinets, que le provocaron en el segundo round una hemorragia nasal, y por algunos ganchos.

Si bien García pareció sangrar aún más en el tercer round a consecuencia de un potente hook zurdo, su uno-dos siguió llegando con demoledora precisión y potencia para no dejar dudas sobre si merecía los asaltos o no, estableciendo pronto una sólida ventaja en las cartulinas. Por ello, Lipinets se vio obligado a reaccionar, cosa que se tradujo en intentos más firmes de acortar los espacios y conectar sus curvos, aunque con oportunos pasos laterales el retador logró salir rápido de las cuerdas y ponerse en situación de mantener las distancias con su uno-dos en veloces entradas y salidas.

Llegada la pugna al quinto asalto, García pareció alcanzar la certificación definitiva de su triunfo ajustando su ubicación y manteniéndose más alejado de su rival, algo que le permitió imponer sus rectos de forma todavía más firme, pero en el sexto round Lipinets tuvo uno de sus mejores asaltos, llegando con varios hooks y contragolpeando los ataques que pretendían frenar su avance. Cuando el combate comenzaba a tomar un camino favorable para “Samurai”, éste fue derribado en el séptimo asalto por un hook de mano adelantada a la contra.

Lejos de ser este el broche para la victoria de García, y aunque Lipinets tenía el rostro muy inflamado, enrojecido y ensangrentado por dos pequeños cortes en torno al ojo izquierdo, el ruso optó por pasar a la ofensiva en el octavo asalto para evitar ceder más terreno, consiguiendo en el noveno episodio algunos éxitos con combinaciones con variación de altura. Con todo, esto llegaba demasiado tarde, y García pudo retomar el control en el último tramo con sus golpes de poder, principalmente con su derecha recta, y recuperando su jab, todo ello a pesar de que por el cansancio su boxeo era poco fluido y de que en el duodécimo round tuvo que soportar un intenso cruce de golpes.

García era amplio favorito para imponerse, y eran muchísimos los que creían que su victoria incluso iba a ser arrolladora, pero sobre el ring el enfrentamiento estuvo contendido y el estadounidense no ofreció su mejor versión. Esto sólo hace que certificar la propia opinión de García, que señaló que estaba mucho más cómodo y era más efectivo en el peso ligero, al que seguramente ahora descenderá para buscar una unificación dejando vacante el cetro IBF del peso superligero que acaba de conseguir, por el que peleará Ivan Baranchyk ante otro coaspirante por designar. Aunque el descenso de división para buscar un choque con otro monarca es el plan ideal trazado en la entrevista posterior al combate, García no descarta otras opciones, incluida la de ascender al peso wélter, siendo plenamente consciente de que pocos púgiles en la actualidad pueden valorar opciones tan numerosas y dispares a lo largo de tres categorías.