El boxeo es un deporte de contrastes donde se mezclan bonitas historias de superación personales, resultados insospechados y tremendas decepciones. En el caso del irlandés Michael Conlan, dos minutos cambiaron su carrera.

Acaban de cumplirse dos años del primer duelo de Conlan por título mundial. Tras una estimable etapa amateur, sus promotores llevaron cuidadosamente al de Belfast a disputar el título “regular” WBA frente a Leigh Wood (en realidad, se sabía que el campeón sería aupado a campeón mundial por la inactividad de Leo Santa Cruz). Yendo arriba en las cartulinas, Conlan fue noqueado en la mitad del último round, privándole noventa segundos de un sueño cumplido. Ya nada fue igual, pese a algunos triunfos; el peaje de esa guerra fue bestial, y en su primera oportunidad estrictamente mundialista, Luis Alberto López le mandó de nuevo a la lona prematuramente.

Tocado por la derrota frente al venado, la vulnerabilidad de Conlan se puso de nuevo en relieve al perder el pasado diciembre por KO, de nuevo, frente a Jordan Gill. Tercera derrota, siempre antes del límite, 32 años, una promotora a medias con su hermano Jamie… Muchas dudas, algo totalmente lógico y humano.

Sin embargo, el pequeño de la saga ha decidido continuar. Ha admitido que su situación personal no era buena el pasado diciembre, además de haber cambiado de entrenador y problemas familiares. Por eso, cree que puede volver a la senda de triunfos de nivel alto y, quién sabe, llegar ahora sí a la cima mundial: “Pagué un precio alto, perdí, pero creo que no se me puede evaluar por mi rendimiento en esa noche. Quiero callar bocas y eso va a terminar ocurriendo. No hay nada oficial, pero estoy buscando un combate para finales de año. Este tiempo lejos del boxeo activo me ha ido muy bien, centrado más en la promoción de otros luchadores. Ahora noto que me entra ya esa sensación, echar de menos el deporte y creo que aún puedo conseguir muchas cosas”.