Emilio Marquiegui
@EmilMarquiegui

Tras la derrota del púgil español más prometedor en la actualidad, hay que hacerse una pregunta: ¿Merece la pena hacer este tipo de peleas en USA?

Muchos boxeadores, algunos por eludir responsabilidades en el viejo continente, ven los Estados Unidos como el paraíso, pero a América hay que ir por dos motivos: O por importantes ingresos económicos, que desgraciadamente no se dan en este tipo de peleas, o por la disputa de un título máximo ante un rival de gran nivel cuya victoria te deje a las puertas de un mundial o cuya derrota digna te revalorice.

Pero pelear ante un tal Foster, con todos los respetos, te quita más que te da. Vencer a Foster es otra victoria más, tu caché no va a aumentar sobremanera en Estados Unidos, mientras que una derrota es muy cruenta. Tu imagen se resiente, tus rivales se crecerán ante ti porque han visto tu vulnerabilidad, la expectación por tus próximos combates mengua, ¿merece la pena aceptar este tipo de contiendas, en detrimento de una pelea de gran expectación en España, por ejemplo, como ante Ruddy Encarnación, con mayor bolsa además? ¿No es preferible ganar en tu continente, convertirte en una estrella y aterrizar en Estados Unidos con respeto?

En todos los deportes el ascenso tiene su camino natural. Para ir a un europeo debes ser campeón de tu país, conseguir unas marcas mínimas, luego ir a un mundial, para ir a unos JJOO se necesitan victorias en los clasificatorios. Nadie aparece por unos Juegos Olímpicos o un mundial sin haber hecho méritos previos. No se permite.

Otro problema importante añadido es que el mánager estadounidense tiene decenas de boxeadores y su objetivo principal es hacer una criba y que el mejor llegue a la meta. Poco le importan las derrotas de los que se quedan en el camino, muy lejos de lo que es llevar con comprensión la carrera de tu pupilo, paso a paso, arriesgando cuando hay un objetivo importante, no a capricho de televisiones que solo buscan al mejor entre muchos. Y es bueno ser el mejor, pero disputando el mundial, no fajándote con boxeadores de nivel medio pero que cuentan con el apoyo de los jueces (como en el caso el otro día de las puntuaciones exageradas contra Jonfer) y que están mucho más acostumbrados a rivales de este fuste. Y los que hablan de cura de humildad, es preferible la cura ante Berchelt que ante Foster.

Y esto lo he pensado siempre, mucho antes de esta derrota del vizcaíno. Cuando otros boxeadores españoles han llegado a USA, han aparecido triunfantes, con varios títulos europeos o mundiales en sus vitrinas, y con excelentes bolsas esperándoles, casos de Poli Díaz o Javier Castillejo, principalmente, o después Kiko Martínez o Gabriel Campillo. El propio Maravilla Martínez, tras triunfar en Inglaterra llegó a Estados Unidos y rápidamente ya estaba con los grandes en el ring. Incluso Juli Giner, siendo campeón de Europa, estuvo muy cerca de hacer el mundial solo por sus méritos continentales, una vía natural y clásica para el boxeador español.

Kerman Lejarraga, Abigail Medina, llegarán tarde o temprano a jugársela, pero cuando haya que jugársela, cuando las derrotas te encumbran y las victorias te hacen eterno.

Lo demás es mucho riesgo para poco premio. Yo me quedaría antes con ser campeón de Europa que pelear en la televisión estadounidense. Demasiada diferencia deportiva.

Pero como en muchos temas, aquí hay otros puntos de vista también respetables. Dejo esta reflexión para que los aficionados den su opinión al respecto.