Floyd Mayweather ha solicitado al fisco estadounidense aplazar el pago de sus impuestos, alegando que la mayoría de su dinero está depositado en el banco y no puede disponer rápidamente de él. Por ello, Mayweather quiere llegar a un acuerdo que le permita pagar después de la pelea con Conor McGregor, por la que se embolsará más de cien millones. Este movimiento de Mayweather no ha hecho más que despertar la rumorología en Estados Unidos, donde se especula desde hace meses con una posible bancarrota del púgil de Míchigan.