Emilio Marquiegui
Diario MARCA
Así como Muhammad Ali se autodenominó “el más grande”, Floyd Mayweather no ha querido ser menos y se considera el mejor púgil de la historia. Creemos que no es acertada la calificación, pero por un detalle, el mejor de la historia, no, pero uno de los mejores, sí, sin duda. En el mundo del boxeo es complejo decidir quién es el número uno de todos los tiempos, no es un aspecto de récords, ni de victorias, es una cuestión de época, de oponentes, de clase, de alma. Muchos consideran a Ali el mejor, porque además de ser un grande hay que caer bien. Y Ali fue extraordinario en el cuadrilátero, pero además supo decorar su semblanza con populares ideas políticas, locuacidad inigualable y personalidad suprema que añaden muchos puntos a su favor. Mayweather, por el contrario, ha cosechado antipatías por doquier, problemas personales, vanidad mayúscula, soberbia, nada ayuda a mejorar su posición histórica.
Pero eso no nos interesa, solo el aspecto deportivo, y ahí ha sido un fuera de serie. Ha peleado con los mejores, les ha ganado, a muchos les ha borrado del ring, sus cualidades pugilísticas han asombrado, han logrado que nos guste todavía más el boxeo cuando le vemos desviar un golpe o controlar un combate como si estuviera haciendo punto. Y ¿por qué no es el mejor? Le ha faltado riesgo, redondear por KO asequibles triunfos, y le ha sobrado acomodamiento, se ha limitado en muchas ocasiones a conquistar una plaza sin perseguir al ejército enemigo para aniquilarlo. Detalles que restan gloria a uno de los grandes, pero los datos objetivos indican que es el púgil que más dinero ha generado y ganado en términos absolutos, el rey del PPV. Eso no lo consigue cualquiera.
Si tuviéramos que desgranar los púgiles que acompañarían en la suite del boxeo intemporal a Floyd Mayweather, comenzaríamos por tres clásicos, a los que nombramos por orden alfabético:
*MUHAMMAD ALI
Sus movimientos y desplazamientos en el ring son la mejor respuesta
a un fóbico del boxeo. Batallas legendarias junto a una vida personal apasionante hacen de Ali un irrepetible púgil.
Un genio que tuvo además la suerte de vivir una de las épocas doradas del peso pesado. De inteligencia eminente, cautivó al mundo entero con su estilo y su forma de pensar, su forma de ser. Además, los actores secundarios de su vida, fueron otras estrellas de Óscar, George Foreman, Joe Frazier, Sonny Liston, todos ellos protagonistas de un guion de película.
*JOE LOUIS
Hombre de récords, nada menos que veinticinco defensas de su título mundial de los pesos pesados en la década de los cuarenta, y doce años ininterrumpidos como campeón.
Más discreto, pero vació los cuadriláteros con una clase enorme y una pegada demoledora. Campeón incontestable en los cuarenta antes de la llegada de otro histórico como Rocky Marciano.
*SUGAR RAY ROBINSON
Para muchos el número uno de siempre. Escribió el primer libro de instrucciones para ser una estrella del boxeo, y lo siguió a rajatabla. Púgil con máxima elegancia sin necesidad de esmoquin. Campeón del mundo del peso wélter y peso medio. Su técnica fue perfecta y su pegada muy notable. La primera estrella con mayúsculas que surgió en el boxeo. Sus acompañantes en el ring, legendarios, Lamotta, Basilio, Graziano, Fulmer,.. Hizo de los años 50 una edad de oro.
Y para seguir añadiendo nombres a la lista de los mejores, hay que guardar el equilibrio. Los más veteranos elogiarán los tiempos pasados y otros valoraremos más a nuestros contemporáneos con los que hemos convivido en directo épicas peleas. En los principios del siglo pasado, el peso pesado JACK DEMPSEY marcó una época en los años 20, pero no hemos de olvidar tampoco en la primera mitad de siglo a púgiles de la talla de HENRY ARMSTRONG, WILLIE PEP o BENNY LEONARD, por ejemplo.
Más cercanos en el tiempo, dos de los grandes del peso medio también tienen su hueco:
*MARVIN HAGLER: Implacable rey de su categoría. Venció a otras grandes estrellas como Roberto Durán o Thomas Hearns. Completísimo púgil que no perdía el tiempo con bellas acciones. Ritmo infernal, clase a raudales y potencia máxima.
*SUGAR RAY LEONARD: Uno de los púgiles más parecidos a Mayweather, aunque Leonard cambiaba golpes si era preciso y peleaba en el filo de la navaja cuando procedía. De técnica impecable es uno de los púgiles más entretenidos de la historia.
No olvidamos a tres de los mejores púgiles hispanos, como
*ROBERTO “MANOS DE PIEDRA” DURÁN: Panameño de puños de mármol como indica su apodo, sin obviar su calidad técnica. Un noqueador de etiqueta.
*JULIO CÉSAR CHÁVEZ: Ganó sus 87 primeros combates. Sus golpes al cuerpo todavía duelen a sus rivales.
*CARLOS MONZÓN: Otro peso medio de leyenda. Potente, despiadado, completo.
Y aunque muchas clasificaciones oficiosas no los tengan en cuenta, debo recordar a tres grandísimos púgiles de los últimos años:
*MIKE TYSON: Con pegada catastrófica, podría haber tuteado a los grandes pesados de todos los tiempos, pero su peculiar forma de ser no le ayudó a bruñir su carrera.
*ÓSCAR DE LA HOYA: No hubo una estrella de su generación a la que no se enfrentó y casi siempre ganó. Campeón del mundo en seis categorías diferentes de peso.
*ROY JONES: Un atleta, un triunfador en cualquier deporte al que se hubiera dedicado. Algunas actuaciones de Jones en el ring fueron como un musical de Broadway. Muy inteligente, con recursos de todo tipo.
Y no nos olvidaremos de Manny Pacquiao, otro ilustre, que en el fondo tampoco quiere que se retire su enemigo número uno. Dice que su combate ante Berto le aburrió. Suena a primera promo del Mayweather-Pacquiao II.