Carlos Utrilla
@CJBoxing

El triple duelo hispano-francés por títulos de la Unión Europea, celebrado esta tarde-noche en Noisy-Le-Grand (a unos 15 kms de París), se saldó con dos victorias y una derrota.

Krissi se vio sorprendido

El primero en saltar al ring fue el canario Nabil Krissi (12-1 ahora) para disputar el título wélter. Enfrente un duro rival como Mohamed Mimoune (16-2). El francés comenzó mejor que el español, haciendo gala de su tremenda velocidad de piernas y manos. Durante los dos primeros rounds, resultó difícil para Krissi aterrizar sus golpes en el oponente, muy vivo a la hora de esquivar y salirse mediante un desplazamiento hacia su derecha (la izquierda del canario), mientras lanzaba una especie de croché-volea con esa misma mano derecha. Poco ortodoxo, quizá, pero efectivo.

En el tercero Krissi parecía que podría tomar el pulso al combate. Comenzó a cerrar mejor el ring, metió varias manos al hígado y forzó al intercambio al galo: parecía llevar las acciones a su terreno. El cuarto y definitivo round comenzó con la misma tónica, pero en uno de esos cruces de golpes Mimoune acertó con una combinación de izquierda al cuerpo y tremendo croché de derecha: el combate estaba acabado. El canario se levantó, valiente, pero cuando el árbitro ordenó seguir tras la cuenta, el francés comenzó una combinación que fue cortada por el tercer hombre en el momento adecuado.

Posiblemente era el combate que había que hacer, aunque hasta el momento estaba siendo superado. Casi nadie esperaba una mano así de un hombre que parecía carecer de pegada (hasta hoy). Primer traspié para el pupilo de Carlos Formento, que debe seguir su carrera. El título de España puede ser una meta antes de nuevas oportunidades continentales.

Tiburón gana en una batalla

Esta vez sí, segundas partes fueron buenas. Mariano Hilario (14-5) volvió a derrotar a Samy Anouche (19-3-1) para reconquistar el título supermedio de la Unión Europea. Y casi lo hace de la misma manera y en el mismo round.

Los dos primeros asaltos fueron de dominio del francés, que usó el jab, algún certero croché de derecha y la izquierda recta para imponer el ritmo. En el tercero, el español salió más ofensivo y en una acción se produjo el primer punto de inflexión del combate: un choque de cabezas en el que Anouche se llevó la peor parte. En una zona no delicada, casi a la altura del pelo, pero cuya hemorragia no cesó durante todo el combate. El árbitro británico Victor Louglhin (el de Eubank Jr vs Nick Blackwell), hizo revisar y limpiar la sangre varias veces pero dejó continuar.

En el 5º se produjo otro momento importante. Hasta entonces el local posiblemente se había adjudicado todos los asaltos, aunque en el anterior “Tiburón” ya se había lanzado claramente a por su rival. Una derecha dura a la contra dejaba sentido a Anouche y Ricardo Sánchez Atocha se lo decía en la esquina a su pupilo: “Le tenemos desesperado. Izquierda-derecha, izquierda-derecha. Hacia atrás no sabe, le vamos a coger”.

El combate había cambiado de rumbo y el dominio del español se mantuvo el siguiente round y la mitad del 7º. Pero ambos se jugaban mucho y el galo tiró de coraje poniendo en aprietos a Hilario en los últimos compases de este parcial; incluso, el árbitro pudo aplicar una cuenta al de Lanzarote. Parecía que tocaba sufrir, aunque todavía asistiríamos a un cambio de escenario más.

A mitad del 8º round, como en el primer duelo entre ambos, una derecha del español mandó a la lona de manera espectacular a su oponente. Se levantó, como en aquella ocasión, pero el referee sí dejó continuar y pudo llegar al minuto de descanso. Pero en el siguiente, el 9º, un golpe al cuerpo llevaría a Anouche a poner rodilla en la lona. Todavía se levantó, pero en el siguiente ataque de “Tiburón”, el árbitro paró pronto las acciones para evitar males mayores. El español había sabido sufrir en una gran pelea.

Rubén Díaz, el broche final

La que muchos consideraban como apuesta más segura acabó convirtiéndose en la segunda victoria de la noche. No sin sufrimiento, pues Howard Cospolite (14-5-1) y Rubén Díaz (22-1-2) se enfrascaron en un intercambio de golpes brutal en el que cada round podía ser el último. En la previa decíamos que el francés es un hombre al que le gusta ir hacia adelante y al navarro lo conocemos.

No podía ser de otra manera y ambos sacaron su espíritu guerrero. Tras unos primeros rounds de cierta igualdad, parecía que Cospolite comenzaba a imponerse. Incluso, a finales del 6º vimos a un Rubén Díaz contra las cuerdas, pasando apuros y con síntomas de cansancio. Pero en el siguiente, el 7º, llegó el espectacular desenlace: una izquierda curva, flexionando el cuerpo, de manual mexicano, impactó en la cabeza del francés y lo mandó de manera fulminante a la lona.

Sin sentimentalismos. Pero si alguien merece un título, ese es Rubén Díaz. Y en ruta para el europeo.